El espacio en donde se ejecutan las actividades laborales es muy importante para el rendimiento y la productividad. Expertos aseguran que lo más recomendable es que cada empleado cuente con 14 metros cuadrados de oficina, incluyendo la parte correspondiente a las zonas comunes, de manera que, para el trabajo individual, lo indispensable sea contar con 3,5 m2 para cada uno.
Los técnicos aseguran que 3,5 metros por trabajador son los ideales para que la persona esté a gusto. Igualmente, es recomendable contar con una mesa de 78 centímetros de alto, y unas medidas de 160 cm de largo por 80 cm de ancho. Por otro lado se pueden evidenciar excepciones, como es el caso de los call center, en donde la mejor manera de optimizar el espacio es reducir los metros cuadrados por trabajador y ampliarlos en las zonas comunes con espacios más informales.
El puesto de trabajo debe contar con cuadros motivadores para el trabajador. Mensajes de ánimo o ilustraciones que provoquen su desarrollo. También se aconseja tener zonas de distracción, en las que el trabajador, ya sea solo o en grupo, pueda desconectarse de sus actividades o tener una conversación privada por teléfono. Se debe admitir que el empleado pueda personalizar su espacio de trabajo, para “hacerlo suyo”. Según los expertos, está demostrado que si el empleado “se siente como en casa” es más productivo.
Según el proyecto que se este llevando a cabo dentro de la empresa en ese momento, el ambiente de la oficina y la decoración, deben adaptarse a él. En algunos casos será pertinente incluir juegos, zonas de reuniones en grupo, espacios para dinámicas, etc. Sin embargo, en proyectos donde se requiera una concentración mayor, o el inicio de un negocio, en el que el ambiente es más formal, es útil establecer espacios de descanso y zonas más serenas, para no interrumpir al resto de los trabajadores.
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