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Más profesores extranjeros, universidades más competitivas y con una oferta académica adaptada a las necesidades reales del mercado laboral son las características de la universidad que quiere Wert.

La universidad española pide a gritos un cambio, pero ¿cómo será la nueva universidad que plantea el ministro Wert? Tras la polémica suscitada con la reforma universitaria y la implantación de la nueva ley educativa, el ministro de Educación aboga por una universidad más competitiva, abierta a recibir profesores extranjeros y una oferta académica readaptada a un mercado laboral cada vez más necesitado de profesionales cualificados.

Según los expertos en educación, la universidad española sufre un proceso de burbuja, teniendo muchas más titulaciones que universitarios, dado que cada vez aumenta más el número de abandono en la universidad debido al aumento de las tasas y por ende al incremento de los precios de las carreras universitarias, lo que imposibilita la finalización de los estudios a gran número de estudiantes quedando así un amplio abanico de carreras universitarias sin apenas alumnos. Asimismo, la universidad española tiene un grave problema de financiación, dependiendo en un 80% de los fondos públicos, pero también es una universidad débil en cuanto a investigación, plagada de duplicidades y títulos artificiales, y que ha fomentado la ineficiencia en la función docente.

El ministro de educación José Ignacio Wert, junto con otros especialistas en el sector, han planteado que la nueva universidad que surgirá tras la implatación de la reforma deberá cumplir las siguientes premisas:

- Contratación de profesores y rectores extranjeros: abierta a profesionales de la UE y extracomunitarios, y que entre los candidatos a rector,  haya académicos externos y que hayan desarrollado la carrera en el extranjero o procedan de otros países. El cargo de rector será de cinco años renovables y su nombramiento depende del Consejo de Universidad, designado en un 50% por el Claustro, en un 25% por la comunidad y la otra parte restante por los estudiantes.

- La financiación pública dependerá de la actividad investigadora: así se impulsará la inversión en I+D+i por las universidades y de ese modo podrán obtener ayudas públicas.

- Aumentar la financiación privada a través de los contratos con empresas por la transferencia de conocimiento, para que se incentive a los particulares y empresas para financiar las actividades.

- Control de calidad universitaria: realizar análisis de eficiencia y aplicación de los recursos de las universidades, para conseguir mayor o menor financiación.

- Oferta académica en función de la demanda y necesidad: las comunidades deben revisar la cartera de carreras y aprobar la oferta en función de la demanda, la calidad y las características demográficas  y económicas de la zona donde se ubica el centro universitario. 

- Préstamos para pagar matrícula al igual que sucede en países como Estados Unidos o Canadá, para que de ese modo haya más posibilidades de estudiar una carrera.