Un director de proyectos debe ser el responsable de que cualquier tipo de proyecto a su cargo se ejecute de acuerdo a los plazos, costes y estándares de calidad establecidos, además de con las máximas garantías de eficacia, funcionalidad y usabilidad para el cliente. Debe saber dirigir al equipo de trabajo que esté a su cargo y establecer objetivos reales y alcanzables y por supuesto tiene que saber asumir y “remediar” posibles desviaciones en los plazos, costes y/u otras variables en sus proyectos.
Tres son las áreas principales, a la hora de ejecutar proyectos, en las que deberá tomar parte activa.
1.- Análisis funcional y diseño inicial. Es quizás la etapa más dura, ya que conlleva horas y horas de reuniones con los clientes hasta dejar claro qué es lo que se quiere y cómo se quiere hacer. En función de cada director de proyectos, el valor añadido que se otorgue al proyecto podrá o no fijarse en esta fase.
2.- Implementación. Es decir, desarrollar el cuerpo del proyecto, repartir la carga de trabajo entre su equipo y evaluar los recursos y el tiempo establecido para cada fase / tarea / prueba.
3.- Puesta en marcha. La hora crítica. Todo ha de funcionar a la perfección. Y en caso de que esto no suceda (algo muy frecuente en este sector) es aquí donde el director de proyectos deberá haber previsto situaciones o contingencias especiales para arrancar “de alguna forma”, aunque sea en Beta. Mi opinión y consejo en este punto. Adelantar la fecha de entrega una semana y hacer un arranque a pequeña escala que garantice el buen funcionamiento del mayor % posible del proyecto. Así hay tiempo de solventar lo que sea necesario antes de la fecha final establecida.
Ahora además de encargarse de estas áreas también debe encargarse de estudiar los resultados y la utilidad del proyecto impulsado, debe asegurarse de que su proyecto contribuya efectivamente al negocio, que pueda interactuar con el entorno social e interno de la empresa, este complemento de elementos de competencia es parte importante del nuevo director de proyectos.
Con los cambios también se exige la certificación, desde hace unos años las empresas multinacionales y españolas demandan una especialización de sus profesionales en la gestión de proyectos, sea cual sea el sector en el que se encuentre la empresa. Eso ha hecho que a nivel mundial, y también en Europa y España, haya varias entidades que certifiquen según unas guías, exámenes, etc. a los profesionales que buscan esta especialización.
Esta necesidad por parte de las empresas de trabajar con profesionales certificados, toma más fuerza, según lo estiman los especialistas, tras la crisis financiera, se toma al director de proyectos como un facilitador de la estrategia de la empresa, pues la crisis obliga a las firmas a ser más cuidadosas con la gestión de la inversión y en la generación de nuevas capacidades para generar valor.
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