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En España, solo el 8,7% de los proyectos empresariales supera los tres años y medio de actividad, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de 2012.

Antes de iniciar la aventura empresarial es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:


1- Los motivos para emprender:  ¿Cuál es el motivo por el que se está planteando emprender? Estar en el paro y tener que salir adelante, odiar la empresa en la que trabaja actualmente, tener libertad de horario o dar un pelotazo no son respuestas que auguren buenos resultados. “Estos motivos son en realidad huidas hacia delante de una situación personal o profesional que amarga y deprime. La razón que lleva a emprender guarda una relación directa con las probabilidades éxito”.

2- Cómo saber si uno tiene madera de emprendedor. Emprender es una forma de vida en la que la persona disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana.  El empresario es la persona que se mueve en un mundo incierto para que los que trabajan para él crean que ese mundo es seguro.

3- Espíritu de lucha. Normalmente, la idea de negocio inicial se modifica, se ajusta o se redefine antes su lanzamiento al mercado.  Pese a los problemas que surjan, no debe derrumbarse ni rendirse, sino cambiar lo que sea necesario. Hace falta flexibilidad para afrontar imprevistos. No fracasan las ideas, sino las personas.

4- Escoger un sector del que se tiene conocimiento. Es fundamental conocerlo para saber qué reglas está retando. Si no tiene experiencia en ese sector puede: hablar con personas con experiencia y contarles la idea para identificar y anticiparse a posibles dificultades; trabajar en ese sector durante unos meses mientras planifica su proyecto empresarial, o incluir a un socio con dilatada experiencia en ese campo.

5- Diversificar al máximo los ingresos familiares durante los primeros años. Es preferible no emprender hasta no contar con un colchón que permita cubrir las necesidades personales mientras el negocio arranca.