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OBS realizó un estudio sobre la aplicación de tecnologías en la empresa en lo que se refiere a banca electrónica.

Internet se ha convertido en una poderosa herramienta que ha facilitado trámites y simplificado gestiones. Los servicios financieros y bancarios no han sido la excepción. Las entidades financieras han introducido la banca electrónica como uno más de los servicios que ofrecen al cliente y permite la conexión del cliente con el banco para distintas operaciones.

La banca electrónica es un hecho global. Hay entidades financie­ras que únicamente operan por Internet, sin necesidad de invertir en oficinas y personal que se encuentre de cara al público. Lo que se precisa es una potente interfaz y una página que incluya todas las po­sibilidades que el cliente requiere en su gestión financiera y bancaria, obteniendo como resultado un considerable ahorro por parte de estas entidades. OBS (Online Business School), primera escuela de negocios online, realizó un informe acerca de la contratación de productos financieros online con especial énfasis en el uso de la banca electrónica.

Se obtuvieron las siguientes conclusiones:

A nivel empresarial, un 82% de las empresas europeas usaron el Internet para fines bancarios y financieros en 2010.

Los países cuyas empresas usaron más Internet para consultas bancarias y contratación de productos financieros en 2010, pertenecen al norte de Europa: Islandia, Estonia, Lituania y Eslovenia.

Por otro lado, el menor uso empresarial de los servicios bancarios y financieros se localiza en los países del sureste de Europa: Bulgaria, Rumanía, Macedonia y Chipre para el mismo período.

Los países del norte de Europa son quienes presentan un mayor número de usuarios que utilizan Internet con fines ban­carios y financieros, con un 75%.

Los del sureste de Europa muestran un escaso uso, con menos del 6%. El promedio de utilización en el conjunto de la Unión Europea se cifra en un 36%.

Noruega lidera el uso de la banca online, un 83% de sus habitantes la utilizan.

En España, tan sólo un 27% de los ciudadanos manifiesta hacer uso de la banca electrónica y el 2% de los usuarios contrató productos financieros directamente a través de internet.

Los países que presentan un mayor crecimiento acumulado en el período com­prendido entre 2006 y 2010, son los que se encuentran al sureste de Europa, cifrándose alrededor del 200%. Como excepción se encuentra Francia, con un crecimiento acumulado de casi un 195% en estos cinco años.

En España, los hombres usan más Internet que las mujeres para realizar gestiones bancarias, aunque las mujeres experimentaron un mayor crecimiento porcentual entre 2009 y 2010.

Por edades, quienes más utilizaron la banca electrónica en 2010 son las personas comprendidas entre 35 y 44 años, si bien el estrato que más ha crecido en el último año, entre 2009 y 2010, son los usuarios situados entre los 45 y 54 años.

Por Comunidades Autónomas, Madrid, Cataluña y Baleares muestran un mayor uso de los servicios financieros y bancarios online en 2010, con un promedio de uso del 45%. En el lado opuesto se encuentran Melilla, Extremadura y Castilla-La Mancha, que muestran una disminución porcentual de su uso en el período entre 2009 y 2010.

La página web de cinco entidades financieras se encuentra entre las cien pá­ginas más visitadas en cada uno de los años incluidos en el período 2006-2010, aunque su posición en el ranking ha disminuido para todas ellas (La Caixa, BBVA, Cajamadrid y Grupo Santander) excepto ING Direct.

En cuanto a la contratación de este tipo de productos directamente a través de la página web, el descenso acumulado en el período 2006 y 2010 se cifra entre el 20% y el 23%.

Hay que tener en cuenta que el período observado se ha visto afectado por una crisis, que si bien en la actualidad se ha convertido en una crisis eco­nómica global, empezó por las prácticas de algunas entidades financieras esta­dounidenses y que, en España, se centró en la explosión de la burbuja inmobi­liaria, lo que provocó el aumento de la morosidad por impago de las hipotecas, la disminución del crédito y el descrédito de este tipo de entidades a los ojos del gran público.

Es natural que en época de crisis, disminuya el consumo, y los productos financieros no son la excepción.