Crowdsourcing, proviene de la conjunción de las palabras anglosajonas ‘crowd’ (multitud) y ’source’ (fuente), suele ser traducido al español como ‘tercerización masiva’, y es un nuevo modelo de negocio a través de Internet, por el cual un trabajo concreto, como la producción de contenido, no es delegado a una persona o a una empresa, sino a un público masivo, generalmente integrado por individuos anónimos.
Con la premisa del crowdsourcing, también llamado 'inteligencia colectiva', se han desarrollado empresas específicas que usan la capacidad de los usuarios para resolver e innovar en beneficio propio y de las compañías que los contratan para buscar soluciones.
El crowdsourcing es una práctica más de la Web 2.0, es decir, la web social, basada en la inteligencia colectiva y en el protagonismo del público, que ya no sólo mira, sino que pone los contenidos. Ejemplos ya clásicos son la enciclopedia Wikipedia o el sitio de vídeos YouTube.
La sociedad evoluciona y las ideas son cada vez menos un 'secreto de estado' para acabar siendo un valor a compartir antes de cualquier proceso de conceptualización y prototipado de las mismas. El objetivo es poder mejorarlas en esas fases iniciales con la aportación que te ofrecen terceros. Las TIC y la Web 2.0 están contribuyendo a abrir nuevos espacios de compartición de ideas.
Pero el crowdsourcing no se queda sólo en las propuestas y ocurrencias, sino que los bancos aprovechan su masa social para ejercer un sistema de valoraciones de las distintas ideas, de modo que las depure.
Bajo el lema compartir, difundir y participar, el crowdsourcing hace posibles proyectos como la enciclopedia libre Wikipedia y genera una nueva forma de relación laboral y de polémica.
Tanto grandes corporaciones como pequeñas empresas e incluso prestigiosas instituciones como el MIT (Massachussets Institute of Technology), recurren cada vez con mayor frecuencia a esta práctica, para abaratar los costes de sus departamentos de investigación y desarrollo, apoyándose en una red de anónimos solucionadores de problemas, que se articula a través de concurridas páginas web.
El crowdsourcing representa un beneficio claro para quien da comienzo a las iniciativas, ya que le permite obtener resultados de calidad por un bajo costo, sea cual fuese el trabajo a realizar. Es común encontrar objeciones a esta modalidad de trabajo, fundamentalmente basadas en que se está ‘utilizando’ a los usuarios para la obtención de un rédito, lo cual incluso suele asociarse a la explotación laboral. Sin embargo, por el momento no existen casos judiciales, ni quejas por parte de los usuarios. La popularización de los sitios web basados en crowdsourcing hace suponer que el modelo llegó para quedarse.
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