Para que una empresa tenga éxito es necesario que haya un liderazgo eficaz, tanto de la alta dirección como en el trabajo individual de los empleados. El liderazgo eficaz permite desarrollar capacidades para una buena gestión de equipos de trabajo.
El liderazgo es la capacidad de influir de manera efectiva y positiva en las relaciones personales que se establecen con los clientes, colaboradores, compañeros, superiores, socios, partners y proveedores para alcanzar resultados de éxito.
Si la compañía tiene recursos adecuados, innovación, tecnología y calidad pero le falta un líder eficaz no está en condiciones de enfrentar los retos del futuro y de establecer ventajas competitivas.
La rapidez con que se renuevan las tecnologías hace que los paradigmas y procesos sobre la manufactura, la creación de servicios, el proceso de marketing y ventas estén en reestructuración permanente.
La sociedad se ha ido alejando de lo colectivo y ha ido consolidando una cultura orientada hacia el individuo, que alcanza tanto a la forma de producir como de comercializar y gestionar. Sin embargo, para un mejor rendimiento empresarial, el camino a seguir por la mayoría de líderes es el liderazgo orientado a personas, ya que permite incrementar la productividad del trabajador a través de la motivación y colaboración del equipo.
Estos cambios están impactando en todos los componentes del trabajo y dirección de la empresa, en el estilo de liderazgo, la estrategia, los procesos, la gestión de personas, los sistemas productivos y tecnológicos, el marketing, la estructura organizacional, los criterios de competitividad y efectividad, así como el impacto que tienen las empresas sobre la sociedad.
Factores que determinan el liderazgo orientado a personas
Como factores determinantes del nuevo estilo de liderazgo se encuentran:
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Trato “persona a persona”, de “igual a igual”, en la relación con el resto.
Trato positivo hacia la otra persona, que dé un resultado efectivo para las dos partes.
Trato “no manipulativo” orientado al bien común entre ambas partes, que genere una relación a largo plazo de éxito.
Posibilidad de influir de manera positiva y efectiva en todos los ámbitos empresariales (clientes, proveedores, colaboradores, partners, etc.).
La figura de líder hace de soporte de un equipo; organiza y permite el desarrollo de equipos, fomentado por la participación y colaboración creativa.
Es preciso para el líder saber crear visiones que movilicen la voluntad y el comportamiento de sí mismo y de los demás.
A través de la visión logramos motivar a las personas a actuar desde su propia voluntad y así cambiar sus comportamientos.
Para lograrlo es necesario conocer bien qué es importante para ellos, qué es lo que valoran, qué necesitan, en qué momento están, etc.
El directivo de hoy debe no sólo gestionar el cambio sino también desde el cambio. Para conseguirlo deberá conocer los grandes retos que se producen en el mundo y cumplir con la visión y misión de la empresa.
Mantener una escucha activa de todos los colectivos que le rodean.
Anticiparse a situaciones adversas, desarrollar estrategias para mitigarlas, ser resolutivo y tomar decisiones.
Mantener un imagen correcta.
Acciones que fomentan el liderazgo
La creación de valor de una empresa abarca todos los grupos de interés o colaboradores con los que tiene contacto.
Por ello, las empresas deben fomentar el crecimiento de sus empleados, tanto a nivel empresarial como personal. Algunas acciones que se pueden adoptar para conseguirlo son las siguientes:
Tener definidas con claridad la visión y misión a seguir.
Realizar una formación continua de los trabajadores. Tener al personal cualificado permitirá su crecimiento pero además mejorará sus productividad en la empresa.
Desarrollar nuevos proyectos y escuchar las iniciativas y propuestas de los empleados. De esta manera podrán salir de su zona de confort para afrontar los nuevos retos.
Realizar un seguimiento y evaluación con la finalidad de corregir y proponer mejores en el desempeño de funciones.
Fomentar el trabajo en equipo. Tenemos un artículo en el que ahondamos en el tema y te puede interesar.
Tipos de liderazgo
Liderazgo autocrático: Se caracteriza porque el control de las actividades y la toma de decisiones están bajo el mando de una sola persona.
Liderazgo democrático o participativo: Permite crear mayor compromiso con la organización pues se centra en los subordinados involucrándolos en la toma de decisiones, delegando autoridad y utilizando la retroalimentación como un medio para dirigir y corregir errores.
Liderazgo transformacional: Los líderes alientan, inspiran y motivan a los empleados a innovar y crear cambios que ayudarán a crecer y dar forma al éxito futuro de la empresa.
Liderazgo laissez-faire o delegativo: Hace referencia a un estilo caracterizado por la ausencia de dirección, por parte del líder, sobre sus subordinados. El líder les concede libertad, si bien define los objetivos y facilita los recursos necesarios para alcanzar las metas.
Liderazgo transaccional: El ejecutivo se basa en recompensas y castigos para lograr un desempeño laboral óptimo de sus subordinados.