En el 2012, España creó menos empresas de las que se cerraron. En concreto, el saldo demográfico entre el número de organizaciones que nacieron (287.311) y las que murieron (334.541) fue de de 47.320, según datos obtenidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A través de esto se pudo realizar una constatación a los efectos de la crisis económica, principalmente los generados sobre las pymes españolas.
Dentro del mismo periodo, el stock de empresas que operaron en nuestro país fue de 3,4 millones. De igual manera, un 54,3% perteneció a unidades del sector servicios diferentes al comercio. Por otro lado, el 25% fue de procedencia comercial, un 14,5% de la construcción y el 6,6% restante, generado por la industria.
El análisis de los resultados según la actividad económica arroja que el mejor saldo demográfico esta dirigido a las actividades de descontaminación y otros servicios de gestión de residuos, con un balance positivo del 11%. A esto le acompañan las actividades de las sedes centrales, las actividades de consultoría y gestión empresarial y el transporte aéreo, con un saldo positivo del 4,3%.
Mientras que por el otro lado, se encuentran las actividades con peor saldo demográfico empresarial. Estas son actividades que tienen relación con la fabricación de muebles y la confección de prendas de vestir, con una pérdida del 7% y el 6% respectivamente.
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