Es importante destacar que dependiendo del tipo de abono utilizado, pueden surgir consecuencias imprevistas tanto en las uvas como en los vinos resultantes. Estos efectos pueden diferir significativamente de los beneficios nutricionales esperados. Por lo tanto, al seleccionar un abono específico, es crucial considerar cuidadosamente las posibles repercusiones adversas. Esto es especialmente relevante cuando se trata de emplear abonos oscuros en viñedos ubicados en áreas con climas semiáridos o cálidos.
Diversos estudios han demostrado que la biosíntesis de ciertos polifenoles en las uvas durante su proceso de maduración puede estar influenciada por la exposición a factores ambientales específicos. Algunos de estos factores incluyen:
Radiación solar: La cantidad y calidad de la radiación solar recibida por las uvas pueden afectar la síntesis de polifenoles. La exposición adecuada a la luz solar puede estimular la producción de polifenoles beneficiosos, como antocianos y flavonoides.
Temperatura: Las fluctuaciones de temperatura, tanto diurnas como estacionales, pueden influir en la acumulación de polifenoles en las uvas. Las temperaturas óptimas pueden favorecer la síntesis de polifenoles, mientras que las condiciones extremas de calor o frío pueden afectar negativamente su formación.
Nutrientes: La disponibilidad de nutrientes en el suelo y su absorción por parte de las raíces de las vides también desempeñan un papel importante en la biosíntesis de polifenoles. La presencia adecuada de nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo y potasio, puede influir positivamente en la producción de polifenoles.
Estrés hídrico: El estrés hídrico, ya sea en forma de sequía o riego controlado, puede desencadenar respuestas fisiológicas en las vides que afectan la síntesis de polifenoles. En ciertos casos, un estrés hídrico moderado puede estimular la producción de polifenoles, lo que contribuye a características sensoriales deseables en los vinos.
En el ámbito de la enología, estos factores desempeñan un papel fundamental, ya que su influencia varía según el proceso de maduración de las uvas, y está estrechamente relacionada con el clima y la ubicación geográfica del viñedo. Para los expertos en enología, comprender y controlar estos factores resulta de gran importancia, ya que puede ser de gran utilidad para obtener uvas con una madurez polifenólica más completa en las semillas y las pieles de la fruta.
Al comprender y controlar estos factores en la producción de uvas, es posible lograr una mayor concentración de antocianos, que son los pigmentos responsables del color en los vinos. Esta mayor concentración de antocianos puede tener un impacto positivo en la apreciación sensorial de los consumidores, ya que se obtendrían vinos con colores más estables, intensos y atractivos. Además, se podrían desarrollar taninos más redondos, reduciendo la astringencia y el amargor en los vinos. Estas características sensoriales mejoradas contribuyen a la calidad y preferencia del producto final.
El efecto de los abonos oscuros sobre la calidad de la uvaCon el objetivo de obtener conclusiones más precisas sobre los factores ambientales que afectan a los viñedos, un grupo de investigadores chinos de la Universidad de China Agricultural University y del CITIC Guoan Wine Co. Ltd.(1) ha llevado a cabo un estudio para evaluar el impacto de la disminución de la radiación solar reflejada en los viñedos y el aumento de la temperatura del suelo mediante el uso de mallas geotextiles negras colocadas entre las filas de plantas. Estas mallas tienen la función principal de controlar las malas hierbas en los viñedos. Se usaron para analizar los siguientes hitos en enología:
En este estudio, se llevó a cabo la elaboración de vinos a pequeña escala utilizando microvinificaciones con las uvas tintas cultivadas bajo las mallas geotextiles negras, con el propósito de evaluar la calidad sensorial del vino resultante. Tanto las uvas como los vinos fueron sometidos a análisis utilizando técnicas analíticas básicas de análisis de vinos. Además, se complementaron estos análisis con técnicas analíticas más avanzadas, como las técnicas cromatográficas o espectrofotométricas, para obtener una comprensión más detallada de las características químicas y sensoriales de las uvas y los vinos producidos.
Se observó que en los viñedos donde se utilizaron las mallas geotextiles negras, hubo una disminución en la concentración de antocianos y otros polifenoles, como los flavonoles, en las uvas. Sin embargo, este efecto se redujo ligeramente al realizar el deshojado, una práctica enológica que consiste en eliminar las hojas basales de las plantas de vid. El deshojado se realiza con el fin de mejorar la maduración de las uvas.
Los vinos tintos elaborados a partir de estas uvas presentaron un color más amarillento debido a las concentraciones más bajas de antocianos y a reacciones de oxidación. Esto generó dificultades técnicas para los enólogos encargados de su elaboración. Se ha constatado que estos tonos de color suscitan una mayor desaprobación por parte de los consumidores, quienes tienden a preferir vinos tintos con tonos más azulados.
Los resultados obtenidos en este estudio ofrecen conclusiones valiosas que pueden ser aplicadas por viticultores y enólogos que se dedican al cultivo de uvas en climas semiáridos y cálidos. Estas conclusiones brindan información relevante sobre los efectos de diversos factores ambientales en la calidad y características de las uvas y los vinos resultantes. Por lo tanto, los profesionales del sector vitivinícola pueden utilizar estos datos para tomar decisiones informadas y adoptar prácticas agrícolas y enológicas adecuadas para maximizar la calidad y el éxito de sus productos en estas condiciones climáticas específicas.
Se ha constatado que el uso de abonos oscuros, enmiendas u otros insumos de tonalidad oscura puede ocasionar una reducción en la concentración de polifenoles en las uvas de los viñedos tratados. Esto a su vez puede resultar en una disminución en la calidad sensorial de los vinos elaborados con estas uvas. Varios estudios han investigado este fenómeno, ya que se reconoce que los polifenoles desempeñan funciones clave, como la estabilización del color en los vinos tintos y la aportación de estructura en boca. Por lo tanto, la disminución de estos compuestos químicos puede afectar negativamente características importantes del vino y su percepción por parte del consumidor.
Es cierto, optar por otros tipos de abonos o insumos, así como ajustar las prácticas relacionadas con su aplicación, puede ser una estrategia más favorable desde el punto de vista operativo para obtener vinos de mayor calidad. Por ejemplo, en lugar de aplicarlos directamente en la superficie del suelo, se podría considerar enterrarlos. Este enfoque puede ayudar a mitigar los efectos negativos en la concentración de polifenoles en las uvas, lo cual puede resultar en vinos que sean más aceptados por los consumidores y valorados en el mercado. Al realizar ajustes en las prácticas de manejo, los productores vitivinícolas pueden mejorar la calidad del producto final y, a su vez, satisfacer las preferencias y demandas de los consumidores.
Fuente: blogs.imf-formacion.com
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