En España la participación de estudiantes de secundaria superior en programas de educación y formación profesional está aún por debajo de la media europea del 50,4%, ya que sólo llega al 45,5%, a lo que se suma que el ratio de empleo de los recientes graduados no ha parado de descender desde 2009 hasta llegar al 59,9% en 2013.
De igual manera uno de los Uno de los objetivos que debe cumplir España es incrementar la empleabilidad, que puede hacerse a través de aprendizaje adulto a lo largo de la vida y de la formación práctica. Así, para hacer frente al problema del desempleo juvenil, España aprobó en diciembre de 2013 un plan nacional con el fin de proporcionar una oferta laboral de calidad, formación práctica o formación continuada a menores de 25 años en los cuatro meses posteriores a haber finalizado sus estudios o quedarse sin empleo.
El labor de la Unión Europea encaminado a la formación se ve enfocadas a incrementar la calidad de la educación primaria y secundaria implementando los nuevos esquemas educativos; mejorar el apoyo a los grupos de riesgo por abandono escolar temprano y tratar las desigualdades regionales, además de incrementar la relevancia del mercado laboral de la educación superior y profesional a través del fomento de la cooperación con empresas y apoyando la formación de instructores y tutores.
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