Los nuevos cursos MOOC están abriendo un debate en la educación online, ¿cómo puede evaluar eficientemente un profesor a 2000 alumnos apuntados al mismo curso?
Para facilitar esta tarea, una empresa de formación universitaria online sin ánimo de lucro fundada por la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusets, ha creado un software que permite evaluar los trabajos de los alumnos al instante, de manera que el alumno recibe de forma automática su calificación. La nueva herramienta, exige que los profesores puntúen de forma manual los primeros 100 trabajos, para que el sistema utilice técnicas de aprendizaje automático y pueda puntuar el resto. Según sus creadores, la calidad de la calificación es similar a la variación que se da en evaluaciones realizadas por diferentes instructores. La utilización del programa informático permite a los estudiantes repetir los trabajos y la mejorar sus respuestas.
Lo que en teoría supondría un avance revolucionario para los formadores, ha suscitado controversia entre la comunidad educativa. Algunos profesores han visto esta nueva herramienta como una ayuda para facilitar el proceso de evaluación, mientras que otros han visto amenazada su permanencia como educadores, ya que podrían ser sustituidos por sistemas informáticos. Éstos últimos argumentan en contra de la herramienta, que un software no puede igualar la capacidad analítica y de evaluación de los profesores.
Les Perelman, investigador del Massachusetts Institute of Technology y uno de los profesores más escépticos, ha demostrado como varios trabajos escritos sin sentido han conseguido engañar al software. “Mi primera y principal objeción a la investigación es que no hay ninguna prueba estadística válida que compare el software directamente con la corrección por humanos”, señala Perelman.
El grupo contra la evaluación automática ha recogido casi 2000 firmas y en su declaración asegura que “Los ordenadores no saben leer. No pueden medir los elementos esenciales de la comunicación escrita eficaz: precisión, razonamiento, suficiencia de las pruebas, sentido común, postura ética, argumentación convincente, organización lógica, claridad y veracidad”
Fuente: El País
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