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El concepto de empleabilidad, cada vez más común entre los profesionales de los Recursos Humanos, resulta fundamental para aumentar la productividad e integrar los valores del capital humano con los de la empresa. 

Empleabilidad se define como la capacidad de las personas para obtener la máxima rentabilidad y potencialidad de su perfil, haciendo especial énfasis en factores como cualidades y actitudes personales, relaciones interpersonales, experiencia y formación. 

La empleabilidad no sólo beneficia a los empleados, sino también a las empresas que ven aumentar su productividad si disponen en su plantilla de cualidades como la capacidad de adaptación, gestión, responsabilidad y eficacia. Muchas empresas ignoran el valor del potencial que sus colaboradores pueden aportar al negocio y regularmente fracasan a la hora de distribuir, motivar, desarrollar y recompensar a sus empleados. En definitiva, la empleabilidad puede explicarse a través de seis conceptos básicos: adecuación vocacional, competencia profesional, idoneidad, salud física y mental, recursos alternativos y relaciones interpersonales.

Para responder a la rapidez con que los cambios están afectando el mundo de trabajo, es necesario el desarrollo de una nueva formación adaptada a los procesos de innovación tecnológica y calidad y capaz de adaptarse a la sociedad actual y a la demanda del mercado laboral.

La aparición de nuevos perfiles profesionales y los drásticos ajustes en las formas de trabajo y en los procesos productivos han ocasionado el nacimiento de nuevas exigencias hacia los trabajadores por lo que ahora la formación debe buscar la generación de competencias que la empleabilidad reclama en los trabajadores y no la simple conjunción de habilidades, destrezas y conocimientos.

Formación se convierte, de este modo, en la herramienta fundamental que garantiza que la I+D se traduzca en productos competitivos, que garanticen alcanzar los objetivos estratégicos corporativos y permitan afrontar el futuro con garantías de crecimiento.

Apostando por el desarrollo de su departamento de recursos humanos, muchas empresas recurren a consultorías empresariales y de formación. Ibecon 2003, mediante una metodología adaptada a las nuevas tecnologías ofrece una formación orientada a cubrir los requisitos que la empleabilidad demanda para que empleados, empresas, organizaciones e instituciones puedan crecer y asegurar su futuro, a través de un servicio global que aporta soluciones a las necesidades formativas de las empresas.

De esta forma, se pueden incorporar herramientas que determinan el grado de capacitación de los empleados para la evolución de determinadas áreas funcionales, e implantar actividades de entrenamiento y capacitación sobre temas específicos, definiendo las estrategias necesarias para la más correcta adecuaciónpersona/puesto y para el desempeño de la empleabilidad.