Una economía verde busca como resultado mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica, es decir que sus objetivos serían alcanzar bajas emisiones de carbono, la eficiencia de los recursos y, al mismo tiempo que sea socialmente inclusiva.
La inversión en esta iniciativa según el informe sobre trabajos verdes puede verse reflejado en la creación de millones de nuevos puestos de empleo y da una posible solución al crecimiento económico sostenible que reconoce el componente social, ya que uno de los principales motores del crecimiento económico es una mayor tasa de empleo, reduciendo de esta manera la carga sobre la economía y ofreciendo a los consumidores el poder adquisitivo para mantener su nivel de vida a través del apoyo a las industrias.
La evolución laboral en el sector medioambiental ha sido considerable desde la década de los noventa hasta hoy: en 1998, el sector ocupaba a 158.500, en el 2008, más de 2,3 millones de personas en tan sólo seis países líderes en empleos verdes fueron contratados en este sector: China, Dinamarca, Alemania, España, India y los Estados Unidos. Los datos son optimistas y solo en España el número de empleos podría alcanzar un millón de puestos de trabajo en el 2020, en base a datos del Observatorio de la Sostenibilidad en España y la Fundación Biodiversidad.
Este millón de empleos, según la OIT, puede distribuirse entre los siguientes sectores:
- El sector de las energías renovables podría crear más de 125.265 empleos desde ahora hasta 2020, un incremento de 81,5% en comparación con los datos actuales.
- El transporte sostenible podría ocupar a 770.000 personas en el 2020, un 40% más que en la actualidad.
- La rehabilitación de viviendas teniendo en cuenta la eficiencia energética y el aislamiento podría generar 1,37 millones de puestos de trabajo.
- La gestión de residuos, que en la actualidad emplea al menos a 110.000 trabajadores, podría generar unos 27.850 empleos para 2016, mientras que la industria básica cuenta con gran potencial para la creación de empleo en los sectores del hierro y el acero, aluminio, cemento y del papel, sobre todo mediante el reciclaje.
Los contratos en actividades como las renovables incluyen un factor que escasea en otros ámbitos: la permanencia. El 83,7% de los empleos son indefinidos mientras los eventuales llegan al 14,1% y de prácticas a un ínfimo 0,9%.
En definitiva, desde la perspectiva del empleo, la influencia de la energía de fuentes renovables no sólo abarca los empleos directos e indirectos generados por tales fuentes, sino también los empleos de otros muchos sectores como los relacionados con la edificación, el transporte y la industria de automoción, la química o las TIC.
La solidez de la economía sostenible es cada vez mayor. Actualmente genera 20.160 millones de euros cada año, un 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB), y aunque los recortes que se aplican pueden afectar a la línea ascendente de esta industria, España, convertida durante los últimos años en un país puntero en este ámbito con unas infraestructuras desarrolladas y un tejido empresarial maduro con 61.000 empresas en su parque de industria ecológica, sigue desarrollándose.
Agentes con intereses muy diversos coinciden en que en 2050 toda la energía eléctrica podría proceder de fuentes renovables, en un contexto de mayor electrificación de la sociedad, una vez establecido el escenario 2020 por el llamado Paquete Europeo de Energía y Cambio Climático, con el objetivo de alcanzar el 20% menos de emisiones, 20% más eficiencia, 20% energías renovables, queda por establecer el escenario 2030, clave para ofrecer un marco regulatorio estable para el desarrollo de las energías renovables sustitutivas de las no renovables.
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