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Existe una relación entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, es por ello que ser obeso o tener sobrepeso es un factor de riesgo para el desarrollo de la hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. No se ha establecido con claridad cómo la obesidad aumenta el riesgo de presión arterial alta, lo que dificulta el desarrollo de terapias para la obesidad, la hipertensión y las enfermedades del corazón.

Es así como gracias a una investigación realizada se ha llegado a la conclusión de que la hormona leptina, que es secretada por las células de grasa, se eleva significativamente después del aumento de peso y la obesidad, de manera que actuar en el cerebro para incrementar la presión arterial.

Dentro del estudio se realizaron experimentos en animales y humanos, entre ellos una cohorte única de pacientes que carecen de la hormona leptina o que no tienen el receptor de leptina, que tras el análisis se demostró que tanto bloquear la leptina para que no actúe en el cerebro como eliminar los receptores de leptina desde el cerebro resulta efectivo para la reducción de la obesidad inducida por la hipertensión.

Cerca del 80% de la hipertensión común es consecuencia de un exceso de grasa corporal y dentro de esta investigación se describe el mecanismo por el que la obesidad eleva la presión sanguínea, abriendo nuevos enfoques para tratar la obesidad inducida por la presión arterial alta.