La aplicación de la reforma llevada a cabo por el ejecutivo por la cual los grados universitarios podrían ser de tres años- frente a los cuatro actuales- y los másters pasar a ser de dos años se aplazará hasta 2017 por parte de la CRUE, la confederación de rectores universitarios de nuestro país que representa a 50 universidades públicas y 26 privadas españolas. Así lo ha anunciado el presidente de los rectores, Manuel López, tras una asamblea extraordinaria celebrada en Madrid para analizar la nueva normativa.
A pesar de esa oposición a la reforma universitaria, los rectores son flexibles apostando por un modelo que se adapte al que existe en Europa actualmente, pero sin perjudicar a los estudiantes, quienes verían cómo las asignaturas quedarían comprimidas para poderse impartir en un año menos, o directamente se eliminarían del plan de estudios.
El calendario previsto por la CRUE, que no tiene capacidad normativa, supone que las universidades empiecen a pedir acreditaciones para nuevas titulaciones de tres años en 2016 y a ofertarlas en el curso 2017-2018. No solamente los rectores piden un aplazamiento de la entrada en vigor de la reforma, sino también los sindicatos estudiantiles han puesto el grito en el cielo ante la implantación precipitada de la ley, ya que se verían perjudicados desde el punto de vista formativo, estando menos preparados que sus compañeros universitarios europeos.
En plena campaña electoral como siempre la educación juega un papel importante pero no debe suponer un arma arrojadiza para que gobierno y oposición se lancen unos a otros, sino un elemento a analizar que sea beneficioso para la juventud de nuestro país, quienes sustentarán el futuro de España.
Fuente: El Pais
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