La revolución tecnológica llegó hace algunos años para quedarse; todos los sectores se ven afectados en mayor o menor grado, lo cual implica la necesidad de estar en proceso de reciclaje contínuo para poder estar a la última.
La educación y la influencia de la era digital origina un debate que enfrenta a defensores de la educación tradicional con los más partidarios de introducir el ordenador y todo lo que sea digital dentro del aula. Lo cierto es que el campo del aprendizaje es un sector que varía constantemente, lo que hoy es válido mañana puede resultar obsoleto, aún más si cabe teniendo en cuenta la inmediatez de los contenidos digitales y el rápido acceso a la información a través de la red.
Todas estas acciones demandan de las instituciones de educación superior una mayor flexibilidad a nivel administrativo y procesal para adaptarse a modalidades de formación más acordes con las necesidades de la sociedad actual. Es más frecuente cada vez ver programas académicos universitarios realizados a distancia o de manera online cambiando así el modo de aprendizaje de los alumnos, así como el medio en que el docente imparte la clase.
Estas metodologías de enseñanza en las que se aplican las TIC están implementándose en el sistema universitario español poco a poco, ya que nuestra educación se caracteriza por ser más tradicional. No obstante, para estar a la altura de nuestros partners europeos y adecuar la formación universitaria al entorno global, se necesita formar mucho más a los propios profesores así como a los alumnos en los beneficios que las nuevas tecnologías pueden aportar a la educación superior.
Según los especialistas en educación y pedagogía, las TIC serán el marcador de la excelencia académica en el futuro, por lo que conviene adaptar el aula a las tendencias venideras.
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