Mejorar la productividad y reducir costes es hoy en día una de las prioridades en todas las empresas para seguir siendo competitivos, pero esta prioridad no debería significar un recorte indiscriminado de recursos dentro de una empresa, sino enfocarlo desde una estrategia para optimizar la competitividad y la productividad, sin desmejorar la calidad de sus productos o servicios.
Generalmente, una de las acciones más frecuentes en el momento de determinar la reducción de costos es el despido de personal. No obstante, esto no siempre es una buena medida porque tiene una serie de efectos negativos: inconformidad en el clima laboral, reducción en los niveles de productividad y calidad, mayor rotación de personal, ruptura de la curva de aprendizaje y posibles gastos por contrato de nuevos empleados en caso de ser necesario.
La reducción de costos se debe abordar desde un enfoque sistémico, comprendiendo la íntima interrelación entre los diversos componentes tanto los procesos productivos, como de la estructura organizacional y contar al mismo tiempo con información contable y/o extracontable que permita evaluar los distintos niveles de desperdicios producidos. Cualquier acción que no tome debidamente en consideración los efectos sobre las demás funciones, objetivos y procesos de la organización terminará generando costos totales superiores a los que se trata de reducir. Y por otro lado, no contar con un sistema que indique correctamente los distintos costos incurridos llevará a aplicar medidas inconducentes e ineficaces.
La disminución de costos implica detectar, prevenir y eliminar el uso excesivo de recursos. Las decisiones y acciones emprendidas por los propietarios y directivos de una empresa deben tener como primer y fundamental objetivo lograr el mayor Valor Actual Neto del flujo futuro de ingresos de la organización. Ello implica la búsqueda de rendimientos sostenidos en el mediano y largo plazo en contraposición a la búsqueda de ingresos en el corto plazo. Lograr un mayor rendimiento implica incurrir en menores costos por cada unidad monetaria generada como ingreso. Un mejoramiento radical en la manera de analizar la productividad de las actividades y procesos organizacionales nos lleva a la opción de incrementos negativos en los costos totales acompañados éstos de un incremento porcentual en las ventas.
Existen varios métodos para reducir costes y mejorar la productividad, sin embargo podemos tomar en cuenta algunas consideraciones que se pueden implementar:
Motivación efectiva: punto clave en la productividad
En definitiva, mejorar la relación de rendimiento para cada relación por producto, actividad, sector, etc., implicará un análisis del desarrollo, funcionamiento, contenidos y necesidades de cada actividad, la necesidad de cambiar y modificar los paradigmas en lo atinente a la gestión de los costos y la productividades es a todas luces fundamental. Querer operar en la actualidad y en el futuro a las empresas con instrumentos y en base a teorías alejadas de lo que hoy se da en llamar la era digital sólo puede llevar al fracaso de la empresa como objetivo económico y social. Además la cualificación de los empleados debe ir de la mano de cualquier estrategia, la formación es una segura inversión en el futuro empresarial.
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