La preparación emocional a la maternidad es muy importante. Los cursillos de preparación al parto suelen centrarse en la información médica y técnica sobre el proceso del parto, la medicalización del nacimiento y la puericultura tradicional. Enseñan ejercicios de respiración y muestran imágenes de partos, dan datos, pero dejan normalmente fuera las enormes implicaciones emocionales del nacimiento de una nueva madre.
Los aspectos físicos de los cambios del embarazo, el parto y el puerperio, es importante que conozcamos estos aspectos a fondo, pero no lo es menos el profundizar en la emoción y los sentimientos que estos procesos llevan a la vida de la madre y su pareja.
Muchas mujeres son asaltadas por diversas dudas durante el embarazo, los cambios del organismo, que molestias surgirán con el embarazo, como prepararse adecuadamente para el parto, etc.
En países como Alemania o el Reino Unido entre otros, existe la llamada doula, se trata de una persona que posee experiencia en todos los temas que se encuentran relacionados con el parto y se encarga de proporcionar apoyo físico y emocional antes, durante y tras el parto.
En España la figura de la doula no es muy conocida y tampoco se conoce a ciencia cierta el papel que desempeña esta figura. La ayuda que ofrece la doula es de carácter profesional, durante el embarazo te proporciona explicaciones teóricas y prácticas sobre la gestación y sobre el parto. Te asesora sobre los ejercicios adecuados en cada etapa del embarazo, te prepara psicológicamente para afrontar las nuevas experiencias o problemas que puedan surgir.
Una Doula no tiene una preparación académica específica pues no existen una 'carrera de doula'. Actualmente no existe una formación reglada en España. Sin embargo, desde hace varios años, se imparten cursos reconocidos por otras asociaciones extranjeras de doulas y en los que participan obstetras y terapeutas. Su formación abarca conocimientos sobre fisiología del embarazo, parto y puerperio, de puericultura, lactancia, educación prenatal...
Si bien no existe ningún requisito específico para formarse como doula, es un trabajo que requiere de una gran sensibilidad, capacidad de empatizar y, sobre todo, de gran discreción para acompañar todo el proceso respetando los deseos y necesidades de la pareja y reforzando la confianza en ellos mismos.
La primera misión de la doula es informar positivamente de la experiencia de la maternidad y del parto a las mujeres embarazadas y a sus familias. El fundamento del cuidado de una doula se basa en el conocimiento de que el continuo soporte emocional y la confianza durante el proceso de parto mejoran y facilitan todas las fases de la maternidad en gran medida.
Lo importante de una doula no es, pues, lo que ella sabe, sino quien es ella, su personalidad, porque esto es lo que más influye al ayudar a la mujer que está de parto.
La doula provee de cuidados emocionales y asistencia práctica a la mujer y a su familia antes, durante y tras el parto. Puede ofrecer información, consejo y soporte, pero no está cualificada para desarrollar ninguna tarea clínica. Sin embargo, puede tener amplios conocimientos sobre masaje, reflexología, homeopatía y lactancia. Es la persona elegida por la mujer y/o la pareja para protegerles en su experiencia del nacimiento y asistirles en su transición hacia la maternidad y paternidad. Su trabajo proviene de la tarea que tradicionalmente realizaban otras mujeres de la familia o del vecindario (como se hace en muchas culturas todavía). La doula también es la persona que protege a la mujer para que se respeten sus deseos, facilitando la comunicación entre ella y las comadronas y médicos.
Uno de los aspectos que diferencia el papel de la doula es su cuidado continuo. Cuando el trabajo de parto empieza, ella está junto a la mujer hasta el final. Todas las necesidades se han establecido y se ha acordado de antemano de qué manera la doula puede ayudar a la mujer en el parto y tras él, con el nuevo bebé. No hay cambios de turnos ni otras obligaciones. No es así en el caso de la comadrona, que muchas veces no dispone de tiempo para escuchar, educar y guiar a la mujer en su entrada a la maternidad. En cambio, la doula puede dedicar varias horas al día ayudándola en la lactancia, preparando comida o atendiendo a los hermanos mayores. La doula puede negociar con la madre cierta flexibilidad para que le permita cumplir con las necesidades de su propia familia, algo que algunas comadronas también querrían.
En definitiva, la doula es una fisioterapeuta con mucha psicología que además está especializada en obstetricia. La figura de la doula puede ser un hombre o una mujer, la verdad es que el sexo no importa cuando se trata de una buena y gratificante ayuda.
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