A la hora de redactar un buen currículum hay que tener en cuenta no sólo los datos que queremos incluir sino también cómo los expresamos para dar una impresión correcta al reclutador. Al margen de una buena redacción y de incluir datos que sean relevantes según cada oferta, llegamos al apartado de la experiencia laboral y he ahí donde se presentan más dudas.
¿Qué hago si tengo un currículum extenso y no quiero que se aburran leyendo qué hice y qué no hice en las anteriores empresas? ¿y si es el caso contrario, que aún no he podido trabajar porque he estado estudiando?
Pues bien, te dejamos 4 maneras de redactar un currículum, dependiendo de quien eres y dónde vas y de la impresión que quieras causar:
1) Para recién graduados: hay ofertas de empleo destinadas únicamente a personas que han salido recientemente de la universidad, por tanto en este sentido tu CV tendría que tener esta organización:
- Educación
- Experiencia
- Liderazgo
- Reconocimientos académicos
- Habilidades
Sobre todo hay que potenciar tu educación y tus logros académicos así como si has realizado prácticas durante tu formación, algo que dará más valor a tu solicitud.
2) Para los que han cambiado de carrera: un cambio de orientación laboral no es nada extraño en estos días, en los que la crisis y la escasez de ofertas de empleo han provocado los giros profesionales más inesperados.
- Objetivo (opcional)
- Experiencia relevante
- Experiencia adicional
- Voluntariados
- Educación
- Habilidades y certificaciones (Es opcional moverlo)
Es conveniente que expreses el objetivo que tienes en mente y expliques brevemente a qué se debe tu cambio de carrera.
3) Para altos mandos: si tienes ya experiencia más que demostrable y aspiras a ocupar puestos de alto nivel, conviene que expliques brevemente tu trayectoria profesional para que lo tomen en cuenta. Además de eso conviene que destaques tus habilidades y capacidades, algo muy valorable hoy en día.
4) Para la mayoría: si acumulas experiencias en diferentes áreas conviene que las resumas al principio y que destaques también otras habilidades o experiencias que no necesariamente tengan que ver con trabajo pero que denoten ciertos aspectos de tu personalidad que se puedan atribuir luego al trabajo diario, voluntariado por ejemplo.
Esperamos haberte ayudado un poco más a saber cómo organizar bien tu CV dependiendo de lo que quieras conseguir y de la experiencia que tengas. Ahora solo queda darle un toque personal, añadir tus conocimientos de otros idiomas y destacar algo que te haga diferente, ¿difícil? quizá, pero si algo se quiere, algo cuesta.
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