Tras años en los que los gurús no hacían más que decirnos que esta posibilidad ya estaba aquí, algunos habían comenzado a no creérselo. Sin embargo, el anuncio en septiembre por parte de Apple del lanzamiento de una pasarela de pago propia, Apple Pay, ha sido para muchos la confirmación de que en un futuro (no muy lejano) el móvil ocupará el espacio de la cartera. Apple Pay está integrada en la aplicación Passbook y, para activarla, solo tenemos que asociar a ella un número de tarjeta de débito o de crédito, que puede ser la misma con la que compramos en iTunes o en Apple Store. La solución de Apple se suma a Google Wallet, que ya funcionaba en dispositivos Android. Eso sí, de momento solo está disponible en Estados Unidos y no hay fecha para su llegada a España.
Hacia el mobile payment
Según los vaticinios del informe 2014 de World Payments Report, elaborado por Cap Gemini y el Royal Bank of Scotland, para 2015 se espera un descenso del 15,9% de los pagos electrónicos y un aumento de los pagos por móvil del 60,8%. Y si atendemos a otro informe de Visa, en 2020 la mitad de las transacciones de Europa se harán a través del teléfono.
Así funciona
1. Debemos asociar nuestros datos bancarios a una aplicación de software (Apple Pay, Google Wallet, etcétera).
2. Para pagar, acercamos el móvil al dispositivo TPV, con el que se comunica al instante.
3. Antes de validar la transacción, el terminal nos pide confirmar nuestra identidad.
4. En el caso de Apple Pay, el iPhone nos reconoce por la huella dactilar con Touch ID.
5. Para garantizar la conexión, la distancia entre dispositivos debe ser inferior a 15 cm.
6. El TPV emite un ticket y, al mismo tiempo, el saldo se actualiza.
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