En un artículo anterior te contábamos varios consejos sobre estudiar a distancia y por internet, una necesidad de nuestros días que empezamos a percibir como un problema y no como un lujo.
Veamos los consejos y beneficios de la formación online y cómo aprovecharlos.
Si te has visto interrumpiendo un curso como formador o alumno y pasando de presencial a online seguramente lo has vivido como una pérdida. Conseguir cambiar de mentalidad y, al menos temporalmente, verlo como una oportunidad, es una posible solución que contribuirá al parche.
El networking es el rey
A la larga, recomendamos en lo posible volver a clase, a la relación directa con personas con las que compartes intereses y al networking con maestros y profesionales del sector en el que te estés formando cara a cara.
Organizar tu dia a día es importante
Una de las cosas que más cuesta y que más necesaria es cuando tenemos que estudiar a distancia es la organización. Ahora eres tú contra el mundo, y tu tutor parece estar más lejos que cuando os veíais las caras en directo. Un consejo necesario es tener iniciativa y acercarte tú, algo posible en los mejores cursos online, que tienen más amplias franjas de tutoría para dudas y atención personalizada.
Material de calidad
También conviene que la formación a distancia tenga materiales con distinto nivel de longitud y profundidad, que incluya puntos clave, esquemas, infografías… y bibliografía donde se distingan los manuales básicos de cada materia y los complementarios según la visión y experiencia de los formadores, una de cuyas cualidades es precisamente la de saber adelantarse, gracias a estar al día, y poder guiarte para que pases primero por las lecturas más básicas o directamente relacionadas y no pierdas tiempo en esa selección. Todo el mundo puede estudiar online información interesante si le dedica tiempo, pero no todo el mundo sabe dónde encontrarla y en qué orden “atacarla”.
Te evalúas tu mismo
Otra cuestión que tiene que ver con la formación online de calidad es que disponga de propuestas de organización temporal y muchos puntos de autoevaluación bien planteados. Cuestionarios, ejercicios, etc., y mejor si en algunos casos incluyen algo de gamificación para hacer entretenido el proceso y que no le cueste tanto competir por nuestra atención frente a otras maneras de pasar el tiempo.
Hacer un plan de rutinas ayuda
Intenta hacer cronogramas realistas y no te olvides de ciertas rutinas agradables incluso en días poco productivos. No te castigues sin comer con calma, por ejemplo, no perdones costumbres sanas como un paseo para tomar el aire o un café. Tómate estos respiros como algo indebatible a lo que tienes derecho sí o sí, y atacarás instintivamente con más eficiencia los estudios en el rato de estudiar.
Si te propones plannings con flexibilidad que cierren los contenidos de toda la semana pero no cada día por página exacta del temario, por ejemplo, y si vas compensando según lo “despierto” que te encuentres verás que avanzas sobre seguro y que te desanimas menos, lo que ayuda a la constancia. Es inútil lamentarse si un día tienes fiebre y castigarse varias horas como losas frente a la pantalla. Es mejor que te eches a descansar y es posible que en uno o dos días vuelvas con fuerzas renovadas sin pensarlo demasiado.
Recurre a la memoria visual
Ayúdate con recursos visuales y evita que las ideas te lleguen solo a través de palabras. Una cosa que facilita mucho el desempeño en los exámenes es la memoria fotográfica, y la ejercitarás sin darte cuenta simplemente por cosas como dibujar en papel algo que asocies con el contenido que más te cueste.
No nos damos cuenta de cómo facilitan las cosas los apuntes de nuestro puño y letra hasta que estamos en proceso de estudiar online y nos fiamos de los “apuntes” online.
¿Recordarías igual una casa que has visto en televisión que una que tú mismo ayudaste a construir? Imprime, colorea, subraya, pon flechas. Y no a todo, sé selectivo.
Tu espacio de estudio lo primero
Otra cuestión importante es el espacio de estudio. Intenta invertir en una buena silla, en reposabrazos, en teclados espaciosos que permitan movimientos de brazos, evita acumulaciones innecesarias y ten cerca las cosas que suelan ser una excusa para separarte de la tarea. Ten agua, algún aperitivo en días duros como capricho (negaremos haber dicho esto pero los vicios son casi necesarios en un estudiante con un reto), folios para esquematizar, y todos los complementos que vayas a necesitar, como cascos, rotuladores y libros de consulta. Cuando te levantes, que sea porque te mereces descansar, no con excusas.
E intenta estudiar siempre en el mismo sitio, y mejor que no sea el mismo en que miras las redes sociales, o hablas con amigos, o haces otra actividad más divertida. Si no tienes tanto espacio para tener oficina + sala de “juego”, haz algún truco, como colgar y descolgar el horario, o mover una pizarra. Está comprobado: trabajamos mejor cuando nuestro cerebro interpreta automáticamente que eso es el espacio de trabajo y no por ejemplo el de dormir.
Amolda tus horarios a los de más silencio y soledad en tu lugar de estudio. Mejor con luz natural y mucho mejor sin ruidos “sorprendentes” como un teléfono que suena a menudo. Si tienes un fijo para las urgencias familiares o de salud, mejor apagar el móvil que silenciarlo.
¡Respétate, quiérete! Y tu curso online te lo devolverá con creces.