Ya has estudiado todo lo que querías estudiar, te has preparado con todo tipo de cursos, formaciones, y tienes experiencia laboral. Has mandado currículums, te has postulado a toda clase de ofertas de trabajo, y entonces llega un momento tan esperado como temido: te llaman para una entrevista.
Muchos hemos estado en esa situación. La alegría inicial es indiscutible: a una empresa le ha interesado tu perfil. Pero, por supuesto, esto no es una garantía: la entrevista será decisiva para que la compañía decida o no contratarte. Y es aquí donde comienzan los temores: ¿y si no estoy lo suficientemente preparado?, ¿qué pasa si me quedo en blanco?, ¿y si no reflejo suficiente profesionalidad?¡Que no te pueda el miedo! Si preparas adecuadamente la entrevista previamente, estarás mucho más relajado y podrás responder sin nerviosismo a las preguntas que te lancen.
Te contamos algunos consejos y técnicas de selección que debes estudiar para superar una entrevista de trabajo con éxito.
Investiga la empresa
No puedes llegar a una entrevista sin conocer a fondo la empresa para la que te has postulado. Búscala en Internet, investiga sus objetivos, sus logros, su visión de marca. Qué hacen y cómo trabajan. Fíjate en detalles como con quiénes han trabajado, e incluso en qué proyectos tienen para el futuro. Sigue sus redes sociales y empápate de su tono, su día a día, sus logros. Por otro lado, repasa bien las funciones del puesto para el que te presentas, las habilidades necesarias y los conocimientos requeridos para desempeñarlo.
Que el entrevistador vea que conoces la compañía causará buena impresión: dejará ver que no has escogido el puesto al azar, que estás comprometido e interesado. Si relacionas lo que conoces de la empresa con tus propias habilidades y experiencias, el entrevistador verá que de verdad te interesa tanto el puesto como la compañía.
Prepara ciertas preguntas comunes
La verdad es que todas las entrevistas de trabajo se parecen bastante. Los entrevistadores quieren ver cómo se maneja el futuro candidato en función de algunas respuestas que dejan ver su personalidad, sus fortalezas o debilidades. Para ser un buen entrevistador una buena opción es estudiar un curso de especialización en recursos humanos.
- «¿Por qué has escogido esta empresa?»: aquí entra en juego el punto anterior: ¡has de conocer la empresa! Comenta todo lo que te gusta de la compañía, por qué te interesan sus valores o lo que hacen. Puedes hablar sobre lo que más te llama la atención del puesto para el que te postulas (relacionándolo con tus habilidades), el sector de actividad de la empresa, lo interesante que parece el ambiente de trabajo de la oficina…
- «¿Cuáles son tus debilidades?»: esta pregunta es muy común. El entrevistador querrá ver que te conoces a fondo. Trata de relacionar tus debilidades con fortalezas encubiertas: «soy extremadamente perfeccionista», «soy testarudo: necesito lograr mis objetivos». Los reclutadores, en realidad, buscan que sepas cómo enfocar tus posibles puntos débiles hacia el éxito, y cómo reaccionas ante las adversidades.
- «¿Dónde te ves en cinco años?»: con esta pregunta, las empresas querrán comprobar que tienes una visión de futuro clara, que cuentas con compromiso, proactividad y motivación. Si te notan inseguro, con dudas o respondes un «me da igual» o «no lo sé», reflejarás que no te importa tu futuro laboral, que eres conformista. Trata de ser sincero, pero consecuente: puedes contestar que te ves con un puesto de responsabilidad, o como jefe de tu departamento. Lo importante es que muestres ambición, pero sin caer en la soberbia.
Que no te dé miedo preguntar
Suele ser habitual que, al final de la entrevista, se te invite a plantear alguna duda. Es buena idea que respondas a este reclamo: pregunta sobre futuros proyectos de la compañía, sobre cuándo te incorporarías en caso de que te contraten, acerca de cómo es un día de trabajo en la empresa…
Que plantees alguna duda dejará ver que te interesa el puesto, que eres curioso y que tienes ganas de crecer y prosperar con ellos.
El lenguaje corporal es importante
Los ojos son el espejo del alma: ¡mantén el contacto visual! Es importante que reflejes seguridad en ti mismo, sin parecer intimidante. Mira a los ojos al entrevistador, eso siempre dirá algo bueno de ti.
No te cruces de brazos (el entrevistador verá que te sientes incómodo o inseguro) y no escondas las manos (puede parecer que ocultas algo, o que sientes vergüenza). No tengas miedo a utilizarlas para gesticular (¡sin exagerar!): las manos mostrarán que te sientes seguro. Procura evitar los movimientos bruscos o que reflejen nerviosismo. Los entrevistadores querrán ver que te sientes preparado y que emanas profesionalidad.
No mientas sobre tus habilidades
Todos adornamos un poco nuestro currículum. Pero es fácil que en una entrevista te pillen en una mentira.
En lo que respecta a tus habilidades, debes ser lo más sincero que puedas. Por ejemplo: imagínate que te preguntan si dominas bien un programa como Photoshop. Si no sabes utilizarlo o tienes un nivel bajo en su uso, es preferible que contestes con sinceridad. Pero utiliza tu respuesta como un arma de doble filo a tu favor: «conozco lo básico del programa, pero aprendo rápido y sin duda estoy dispuesto a realizar algún curso para dominarlo a la perfección».
Es importante que vean que estás dispuesto a aprender, a crecer y que no te da miedo admitir que no dominas algo. La sinceridad será un gran punto a tu favor frente a un reclutador.