Pequeños gestos, como sostener la puerta del ascensor, decir buenos días mientras vas por pasillo o felicitar a tu compañero de trabajo por su promoción, te hacen diferente en el entorno laboral .
Gran parte de nuestro éxito profesional depende de la construcción de relaciones positivas y productivas con los colegas.
La base para tales relaciones no se construye en los grandes momentos, sino a partir del valor acumulativo de los pequeños momentos vividos en el día a día . Es agradable sentir que las personas son amables con nosotros , y hay muchas maneras fáciles y significativas de fomentar la buena voluntad y crear conexiones.
Aprendí la importancia de las pequeñas acciones en mi primer trabajo, como lavaplatos en un restaurante de comida rápida en Londres un verano al término de mi primer año de carrera. Me presenté en mi puesto de trabajo a las 6 a.m., y mi trabajo era tener lista la cocina. Apilé los platos, las cazuelas , limpié botes , ordené estanterías con comida… Recuerdo que también me pidieron que preparara el café antes de que llegara el personal de la cocina a las 7 a.m.
Me sentí fatal . Había arruinado la mañana de Emile, tal vez todo el día, con mi falta de atención a una tarea simple. Una tarea que asumí frívolamente que era insignificante.
Hacer café en realidad era parte de las tareas de mi trabajo en aquel entonces, pero la lección que aprendí aquel día es que : las cosas pequeñas importan. Todos los días, cualquier tipo de trabajador se queja y expresa su frustacion porque su trabajo y su contribución al funcionamiento de la empresa no se reconocen y piensan que tienen un impacto mínimo en el crecimiento diario de una compañía. Pero mi experiencia me demostró que todos los puestos de trabajos son importantes, desde el primero al último.
No se trata de café
La gran pregunta que muchos os estaréis haciendo, ¿cómo podemos aplicar esta lección en un entorno de oficina con compañeros de trabajo?
Piensa por ejemplo en el café que os tomáis todas mañanas. Quizá cada uno tenéis una hora para hacer una parada pero todos sabemos esa sensación de hundimiento cuando un compañero va a tomarse un café sin ni siquiera preguntar si alguien quiere otro. Es molesto y sin duda es un indicativo de que se va sin considerar al resto de personas.
Las pequeñas cosas tienen un efecto de cascada en los demás. Cuando alguien va por su café sin tener en cuenta a los compañeros, su mensaje tácito es: «Mi tiempo es más valioso que el tuyo, y soy demasiado importante para estas tareas mundanas, como traer café».
No se trata solo de café.
La misma dinámica se desarrolla en cientos de pequeñas formas a lo largo de nuestros días. ¿Quién toma las notas de la reunión? ¿Quién reserva la sala de reuniones para una presentación con clientes? ¿Quién organiza los cumpleaños del equipo?
Un buen líder ha de notar y celebrar los grandes momentos en la oficina, pero también darse cuenta de las pequeñas tareas , los pequeños gestos y de quién se las arregla para hacerlas. Supongo que el liderezgo es algo que se va aprendiedo a lo largo de los años aunque hoy día hay muy buenos programas que te ayudan a adquirir conocimientos en este área , como este master en liderazgo y coaching organizativo que recomiendo.
Fomentando Actos Simples de Consideración
Los líderes necesitan modelar los comportamientos de su equipo. Y tienen que tratar de comunicar a todos que en cada empresa no existe un trabajo demasiado intrascendente que no se pueda realizar. Nunca se puede estar demasiado ocupado como para no hacer una tarea por mínima que sea.
Recientemente, mi equipo y yo nos mudamos a un nuevo espacio de oficinas. Las puertas de la sala de conferencias chirriaron, como en una película de terror y me volvían loca. Compré una lata de aceite y fuí de habitación en habitación, rociando las bisagras, poniendo un poco en cada puerta. Claro, mi principal motivación fue preservar la cordura 😀, pero también con esto estaba demostrando que incluso el director general no está por encima de las tareas más pequeñas. Ahora guardo la lata de aceite en mi escritorio para enviar un mensaje: cuando veo un problema, lo arreglo.
Todos vivimos en un mundo que corre a toda prisa; donde, muchas veces, como cuenta Victor Kuppers «vamos como pollos sin cabeza» y con calendarios llenos de reuniones. Sería fácil concentrarse sólo en nuestras responsabilidades directas y no preocuparse por nuestro entorno. Sin embargo, si todos pensáramos de esa manera, la oficina sería un lugar bastante miserable, sin los pequeños detalles que nos encontramos en nuestro día a día y que hacen la diferencia.
Busca oportunidades para realizar pequeños actos de amabilidad y consideración, y te puedo garantizar que desarrollarás relaciones más sólidas y positivas e incluso que te sentirá mejor consigo mismo.
Y si aún no sabes cómo hacer una taza de café, estaré encantada de enseñarte!