El mundo se queda sin profesionales sanitarios. Sólo en España más de un centenar de médicos ha muerto desde que estalló la pandemia. Esto sumado a los contagiados por Covid, las bajas por estrés o el aumento de pacientes genera un cuello de botella que incrementa cada día y no hace más que tensionar la situación.
Aunque se prevé que el personal sanitario crezca a un ritmo tres veces superior a la población, seguiremos necesitando 10 millones más de facultativos para 2030 por lo tanto la escasez de sanitarios se manifiesta como uno de los principales obstáculos para tener un eficiente sistema de salud.
Como afrontar esta escasez de pesonal
Por tanto, en 2023 debemos esperar que hospitales, empresas tecnológicas y organismos gubernamentales de todo el mundo se unan para hacer frente a esta escasez de dos maneras:
1-.Compartiendo los limitados recursos de personal disponibles
2-. Adoptando nuevas tecnologías para atender a los pacientes y formar a nuevos trabajadores sanitarios. Sabemos que aunque la tecnología no puede sustituir al personal asistencial, es una herramienta vital para descongestionar los hospitales, clínicas y centros de salud a fecha de hoy.
La salud virtual
A raíz de la pandemia se ha producido una gran movimiento hacia la atención virtual lo que ha ayudado mucho a paliar la escasez de profesional sanitario.
La salud virtual cuenta con numerosas ventajas como el extender el alcance de la medicina a las personas que vivan en áreas rurales, utilizar de mejor manera la medicina preventiva lo que ayuda a mejorar el estado de bienestar o el ahorro de tiempo y dinero tanto para profesionales como para pacientes.
Es importante no olvidar la necesidad de formar al personal sanitario del futuro con cursos de sanidad y salud y cada día son más los productos centrados en nuevas formas de educación sanitaria digital que ayudan a mejorar la educación sanitaria.
Somos conscientes de que la tecnología por sí sola no resolverá el problema. Pero sin duda todos estamos de acuerdo en que será de gran ayuda. Desde luego, la fórmula de compensar la falta de trabajadores contratando a sanitarios de otras geografías será cada vez más difícil de aplicar.
La preocupación por la equidad sanitaria va en aumento y la OMS prevé que los países en desarrollo se vuelquen en reducir la fuga de cerebros apostando por una combinación de educación, contratación e incentivos financieros.