Se habla frecuentemente sobre la calidad de vida y el bienestar de las personas. Al analizar la manera en que se persiguen, siempre se describe como un proceso personal que cada individuo debe emprender tanto para sí mismo como para su entorno.
Se ha mencionado en numerosas ocasiones que la felicidad es más una responsabilidad que un derecho. Ser feliz se considera parte del compromiso inherente al privilegio de estar vivos.
Aunque los conceptos de felicidad y bienestar no son idénticos, es evidente que están estrechamente relacionados. La felicidad es más subjetiva, mientras que el bienestar puede ser medido de manera más objetiva, especialmente cuando consideramos la satisfacción de nuestras necesidades personales y sociales.
PIRÁMIDE DE MASLOW: QUÉ ES
La teoría de la Pirámide de Maslow, desarrollada por Abraham Maslow, uno de los principales exponentes de la filosofía humanista, postula que el individuo tiene diversas necesidades que influyen en su vida y que su grado de satisfacción con la existencia depende de su capacidad para cubrirlas.
Esta idea sencilla transformó el campo de la psicología social y la labor de asistencia de manera permanente.
Maslow argumentaba que todas las necesidades son importantes, pero que su urgencia de satisfacción varía. Para ilustrarlo, utilizaba una metáfora poderosa y didáctica:
Según su teoría, la evolución personal implica ascender por una pirámide, comenzando desde el nivel más bajo hasta alcanzar el más alto. Es crucial comprender que no se puede avanzar a un nivel superior sin haber cubierto las necesidades de los niveles inferiores, es decir, no se pueden satisfacer las necesidades más complejas sin haber abordado primero las necesidades básicas.
PIRÁMIDE DE MASLOW: NIVELES DE NECESIDADES
La teoría de la Pirámide de Maslow, también conocida como la jerarquía de las necesidades humanas, identifica cinco niveles que son universales para todos los individuos:
- En el PRIMER NIVEL se encuentran las NECESIDADES BÁSICAS, que abarcan los requisitos esenciales para la supervivencia, como alimentación, agua, refugio, descanso y aire respirable.
- El SEGUNDO NIVEL se refiere a la NECESIDAD DE SEGURIDAD, relacionada con el deseo de sentir un entorno físico y social estable, ordenado y predecible. Esto incluye la garantía de poder satisfacer las necesidades básicas en el futuro, así como tener seguridad laboral y proyectos personales viables.
- En el TERCER NIVEL están las NECESIDADES DE PERTENENCIA, que se relacionan con el anhelo de ser aceptados por los demás, integrarse en un grupo y sentir una identidad dual con ese grupo.
- El CUARTO NIVEL engloba la NECESIDAD DE VALORACIÓN Y RECONOCIMIENTO, que incluye el deseo de ser amados, valorados por nuestras acciones y respetados por nuestra identidad. Esto abarca la búsqueda de aprobación, prestigio y sentirnos competentes en nuestras actividades.
- El QUINTO NIVEL representa la NECESIDAD DE AUTORREALIZACIÓN, que implica la satisfacción de alcanzar nuestro máximo potencial, sentirnos cómodos con nuestra existencia y actuar de acuerdo con nuestras creencias, pensamientos y emociones.
La posibilidad de progresar en esta pirámide, satisfaciendo las necesidades de cada nivel, está ligada al uso efectivo de nuestras capacidades innatas, desarrolladas y adquiridas a lo largo de la vida.
Es evidente que este proceso de crecimiento personal no solo depende de las condiciones heredadas, sino también, y principalmente, de nuestra actitud, experiencias y los desafíos que enfrentamos, incluyendo el papel crucial de la educación.
Cómo maximizar el beneficio de la teoría de Maslow
Es bien conocido que, al llegar a la edad adulta, todos poseemos más fortalezas que debilidades, aunque algunos puedan estar en una posición más favorable debido a sus circunstancias económicas, familiares, o educativas.
Los terapeutas reconocen que el conocimiento y la comprensión de estas fortalezas y debilidades aumentan la capacidad de cada individuo y su influencia en el curso de su vida. Todos, sin excepción, tenemos un amplio repertorio de habilidades para enfrentar y resolver los desafíos que la vida nos presenta.
Desde el nacimiento, contamos con la capacidad de imitar las conductas de nuestros cuidadores, un nivel de inteligencia y sensibilidad determinado, así como con herramientas innatas como la intuición y la creatividad.
Sin embargo, no todos logramos aprovechar plenamente este potencial. Es esencial rescatar, desarrollar y mantener nuestras capacidades individuales. También es crucial hacerlas conscientes, ya que cuando las utilizamos de manera automática, es difícil sacarles el máximo provecho.
Si no estamos conscientes de nuestras acciones, tendemos a repetir patrones y comportamientos por hábito o por miedo, sin explorar otras posibilidades. Las sociedades que promueven este comportamiento automatizado empujan a sus miembros, especialmente a los jóvenes, a extraviarse, perder el rumbo y experimentar sentimientos de amenaza, frustración e inseguridad ante el futuro incierto.
Una estructura para la comunidad
Es importante recordar que la jerarquía de necesidades descrita se aplica tanto a los individuos como a las comunidades, que comparten y necesitan satisfacer las mismas necesidades.
Una sociedad que no avance en su propia pirámide de necesidades no podrá alcanzar un nivel mínimo de satisfacción como grupo humano, ni podrá brindar la oportunidad de bienestar y felicidad a todos sus miembros.
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