A finales del mes pasado nos ha sorprendido una nota de prensa publicada por los mossos d’esquadra: se han recuperado más de 8.000 restos paleontológicos expoliados en distintos yacimientos durante los últimos 25 años por el mismo hombre.
Si te estás planteando opositar a mosso d’esquadra y estás buscando cursos para ser policía o mosso, probablemente no habías pensado en encontrarte con este tipo de investigación en tu trabajo cotidiano, o hacer algo tan útil para la arqueología y la historia.
Además de vigilar por la seguridad personal de los ciudadanos, los mossos, en este caso la División de Investigación Criminal dedicada a la Investigación del Patrimonio, también se encargan de perseguir delitos contra el patrimonio de la Comunidad Autónoma, a raíz de denuncias de particulares o, de agentes rurales, como sucedió esta vez, que alertaron de expolios paleontológicos por parte de coleccionistas y aficionados en el yacimiento del Clot de Sant Romà, descubierto en 2016.
Los mossos contra el señor de los cangrejos
En marzo de 2019, en una inspección rutinaria para evitarlos, sorprendieron a un ladrón, con siglas J.A.V.G. y 70 años de edad, español, al que se conoce como “el señor de los cangrejos”, ya que extraía sobre todo cuatro especies de este tipo de fósiles, muy interesantes para los coleccionistas, que los valoran en buenas sumas por su antigüedad, nada menos que de entre 35 y 45 millones de años.
Por aquella época Arabia colisionaba con Eurasia y cerraban el mar de Tetis, lo que a su vez generó el plegamiento alpino e hizo que se formaran las cordilleras más importantes de la zona, los Alpes, los Pirineos y los Himalayas, entre otros “pequeños” accidentes geográficos.
Si los científicos están en lo cierto y la datación es correcta, en la época en que vivieron esos cangrejos, que ahora son solo huellas como hechas de escayola con un molde, aún no había primates superiores y por tanto ni rastro aún de seres humanos, que no llegarían hasta mucho después, hace unos 200.000 años.
Se demostró que el expoliador llevaba consiguiendo estos cangrejos prehistóricos al menos desde 1996 en distintos yacimientos.
Patrimonio y ciencia
A petición, poco después, de la fiscalía de Patrimonio Histórico, se registró su domicilio y su trastero y se encontró un auténtico botín, miles de fósiles milenarios, mapas y documentos que señalaban puntos de Barcelona, Lleida y Huesca dónde se habían sacado piezas de forma furtiva.
Fue también noticia una medida poco habitual, la prohibición al investigado de acercarse a los yacimientos para evitar nuevas actuaciones delictivas, como una orden de alejamiento de los cangrejos. Además de los robos, destrozaba el entorno para poder acceder a los fósiles, dañando la naturaleza y los yacimientos, y perdiendo así una valiosa información histórica irrecuperable.
Los Mossos tomaron la iniciativa de solicitar este alejamiento, que a partir de entonces se está concediendo con regularidad en casos similares, y ahora en septiembre su investigación y actuaciones han desembocado en un exhaustivo informe del Departamento de Cultura donde se calculan en detalle los daños ocasionados y el valor del material intervenido, que asciende a más de 140.000 euros.
Los delitos contra el patrimonio histórico están penados con penas de hasta tres años de cárcel y multas. ¿Merecerá la pena el castigo a cambio de las ganancias, o de la satisfacción de esconder durante tanto tiempo un tesoro tan excepcional?
Yo también quiero
Lo que creemos es que, si te han dado envidia estos mossos d’esquadra tan versátiles, deberías plantearte solicitar información sobre oposiciones a policía nacional o autonómicas e informarte de las pruebas necesarias, el temario y las distintas condiciones de cada cuerpo.
Si cumples los requisitos, tendrás trabajo fijo, no exento de emociones, como ves, un sueldo estable que puede mejorar mucho con la promoción interna (los altos cargos de los mossos pueden llegar a ganar más de 60.000 euros al año) y la posibilidad de vigilar, investigar y actuar, también en zonas rurales o en cuestiones de Patrimonio Histórico. ¡O prehistórico!