La mala alimentación trae consecuencias en lo que respecta a la salud.
El desarrollo ha hecho que las personas cambien sus hábitos alimenticios. Antes las personas comían fibra pero luego se comenzó a comer azúcar y harinas refinadas de escaso valor nutritivo. De esta forma han aumentado la glucosa en la sangre, depósitos de glucógeno y colesterol.
Por esta razón se ha pasado a un elevado número de enfermedades cardiovasculares que ubica al fenómeno entre las principales causas de muerte en los países desarrollados, detrás de los accidentes de tránsito y muy cerca con el cáncer en general.
Estudios muestran que la mitad de la población padece de sobrepeso y esto se viene expandiendo de manera alarmante.
Hay dolencias que podrían evitarse con una buena alimentación y que no son menores: ciertos tipos de cáncer, enfermedades producidas por obstrucciones arteriales, algunas formas de diabetes, hemorroides, divertículos intestinales, hipertensión arterial, y muchas otras.