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Aplica el Design Thinking a tu negocio imagen 1

El Design Thinking es una práctica cada vez más extendida entre las empresas, que buscan saber cómo llegar al consumidor, cómo se comporta y diseñar así una estrategia de negocio que satisfaga sus necesidades

A lo largo de estos años los especialistas en dirección estratégica tanto a nivel de management como a nivel comercial han desarrollado diferentes herramientas y estrategias para analizar qué quiere el cliente, y qué necesidades tiene para de ese modo, conociendo su pensamiento poder actuar en consecuencia.

El pensamiento de diseño o Design Thinking es una metodología que nos ayuda a resolver problemas complejos y a detectar necesidades de mercado, aportando enfoques diferentes y testeando el producto, marca o servicio antes de comercializarlo o de ponerlo en práctica.

A diferencia de otras metodologías, el Design Thinking es eminentemente práctica y se basa en el análisis del comportamiento de las personas, lo que permite obtener los motivos reales que hay detrás de sus necesidades, los insights, y así definir mejor el problema que hace falta solucionar.

¿QUÉ VENTAJAS TIENE APLICAR EL DESIGN THINKING?

Para los negocios son varias las ventajas de la aplicación de esta metodología, aquí te contamos unas cuantas:

- Entender al consumidor/cliente: Ante un problema hay que comenzar primero por entender qué sucede antes de ponerse a buscar soluciones, saber qué ha pasado y por qué lleva a los empresarios a tomar acciones para solventar el problema.

- Empatizar: Hay que ponerse en la piel del cliente o consumidor y tratar de pensar como ellos para ver qué problemática presentan y cómo ayudarles. Es importante la interacción con ellos para saber qué se puede hacer.

- Determinar cuál es el problema: Tras analizar las dos fases anteriores, hay que detectar cuál es el verdadero problema para lo cual es importante haber escuchado anteriormente y así poder encontrar un enfoque nuevo. En este sentido se puede realizar un análisis DAFO de los problemas que identifica debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, algo muy valioso de cara a elaborar una estrategia de actuación posterior. 

- Idear: En este sentido, en un plan de Design Thinking el proceso creativo viene después de las fases anteriores, mientras que otras se lanzan a diseñar antes de escuchar. Haciendo esto en esta fase se puede partir de planteamientos expuestos por los futuros consumidores/clientes y tener así una visión más clara de lo que hay que diseñar.

- Test: Esta fase es importantísima para comprobar si lo que hemos diseñado tiene fallos. A partir de la experimentación, se saca el feedback por parte de los clientes y se sabe qué se puede mejorar.

- Implementación: Con el feedback obtenido, se vuelve al prototipo y se hacen las modificaciones pertinentes. 

Normalmente, las empresas suelen aplicar el Design Thinking en GESTIÓN DE PROYECTOS, pero cada vez es más frecuente hacerlo en otras áreas. 

 

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