APRENDER A RELAJARSE

El estrés, la ansiedad, la depresión se han vuelto habituales en la vida cotidiana. Aprender técnicas de relajación es una solución para muchas personas que sufren debido a la ansiedad.

40 millones de europeos sufren estrés. El estrés, la ansiedad, la depresión... son las enfermedades más comunes del Siglo XXI. Sin embargo, es normal, e incluso saludable, tener preocupaciones de vez en cuando, pues en ocasiones pueden poner en evidencia situaciones de peligro frente a las cuales hay que estar atentos. El problema surge cuando no somos capaces de superar los síntomas que conllevan.

Aprender a relajarse es una de las principales armas contra la tensión emocional, la ansiedad y el estrés. La importancia de las técnicas de relajación no reside en ellas mismas, si no en la aplicación que se haga de ellas. No son fines en sí mismas, si no medios para alcanzar una serie de objetivos.

El objetivo fundamental es dotar al individuo de la habilidad para hacer frente a situaciones cotidianas que le están produciendo tensión o ansiedad. Las técnicas de relajación se utilizan también en los problemas psicosomáticos, insomnio, hipertensión, cefaleas, etc. Obviamente estos problemas son complejos y requieren soluciones globales, pero, sin duda, los ejercicios de relajación posibilitan que la persona disminuya sus niveles de tensión y ansiedad, lo que le permite una normalización de los procesos fisiológicos implicados.

No todas las personas con preocupaciones constantes tienen desórdenes de ansiedad. Si usted no es ansioso, pero siente que se preocupa demasiado, ponga en práctica las siguientes recomendaciones:

1. Practique técnicas de relajación: dese un tiempo, respire, escuche música suave y procure pensar en otra cosa, traiga a su mente situaciones relajantes. Paralelo a eso, inicie un programa de relajación muscular progresivo.

2. Ejercicio regular: muchos estudios han encontrado que la práctica deportiva disminuye los síntomas de ansiedad; haga 30 minutos de actividad física moderada (caminar, trotar, montar en bicicleta, bailar) el mayor número de días que le sea posible a la semana.

3. Hay que adecuar las respuestas del cuerpo a situaciones de estrés mediante técnicas controladas de relajación. En ocasiones se usan aparatos para medir la contracción muscular, las posturas e incluso las respuestas cerebrales.

Tambien podemos empezar a praticar alguna técnica que nos ayude como por ejemplo pilates. El Método Pilates se ha convertido en referente de para el entrenamiento del cuerpo y de la mente. Nos puede ayudar a la relajación y el control del estrés, aparte de otros considerables beneficios.

Las técnicas de ejercicios para la mente y el cuerpo conocidas como 'Pilates' ha explotado en popularidad en todo el mundo durante los últimos diez años. Esta técnica, que fue practicada por atletas y bailarines durante mucho tiempo. Aparte de las condiciones físicas, sus partidarios defienden que Pilates puede ayudar al entrenamiento para relajar la mente y al control del estrés.

Pilates puede ser practicado por cualquier persona, con independencia de la edad y forma física. La sesión de ejercicios puede ser diseñada para acomodarse a las condiciones físicas específicas de una persona o a unos objetivos de puesta en forma.

Los beneficios del método Pilates son emocionales y físicos. Enseña a equilibrar y controlar el cuerpo y la mente, fortalece la densidad de los huesos y mejora la fuerza muscular, la flexibilidad y la postura.

Debido a que se centra en la mente-cuerpo, Pilates puede duplicar los beneficios para un control del estrés. Mientras que el ejercicio en sí mismo puede bajar los niveles de las hormonas del estrés (como la cortisol), la calidad de los movimientos puede ayudar a alcanzar la conciencia interior y calmarla junto con un sentido del dominio sobre la mente y el cuerpo. Muchos practicantes se sienten con un refrescante vigor mental tras una sesión de Pilates.

Muchos instructores combinan en sus clases elementos de yoga y Pilates. Y es que los dos métodos tienen ciertas similitudes. Ambos consideran los ejercicios mente-cuerpo y ponen énfasis en la respiración profunda.

Sin embargo, la diferencia es que mientras que la practica del Yoga requiere movimientos desde una postura estática a otra sin repetición, Pilates es un flujo a través de una serie de movimientos más dinámicos y basados en la anatomía, con un limitado número de repeticiones de cada ejercicio.

Hay que consultar al médico antes de iniciar este tipo de ejercicios, en el caso de padecer algunas dolencias o condiciones físicas determinadas. Asegúrese de hacerlo primero, antes de empezar este tipo de programas.

También podemos acudir a muchas otras técnicas: aromaterapia, reflejoterapia podal, cromoterapia, tai-chi, masajes, etc.  Hoy en día se ha avanzado mucho en estas técnicas, pero todas tienen un denominador común, persiguen el bienestar individual.
 

Compartir en: