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La premisa del renovarse o morir ha llegado también a los programas MBA, los reyes de la formación superior.

Los tiempos cambian, las personas cambian y las necesidades del mercado aún más; por ello, los tradicionales programas MBA han tenido que pasar por el taller y adaptarse a los nuevos tiempos.

El MBA de antaño ha cambiado no solamente en su duración, ya que algunos de ellos han reducido su duración a 1 año, sino también su versión, con el nacimiento de la versión Executive, puesto que no es lo mismo el grado de conocimientos que puede aportar un recién licenciado que un ejecutivo que lleva 10 años en la brecha. Además de la modalidad Executive, según informan los propios directores de las escuelas de negocios, el enfoque del propio programa ha variado, siendo mucho más prácticos que antiguamente.

Se necesita formar a los profesionales en habilidades más prácticas como gestión eficaz del tiempo o el trabajo en equipo entre otras, priorizando la enseñanza de capacidades en detrimento del aprendizaje de conceptos teóricos.

La metodología también ha variado, siendo adaptada a los horarios de los ejecutivos, por lo que no es raro encontrarnos con programas MBA totalmente online o bien en modo blended-learning (metodologia que mezcla clases presenciales con clases virtuales). Asimismo, también hay programas exclusivos durante los fines de semana, tiempo en el que los alumnos que están trabajando pueden dedicarse plenamente al estudio. 

En cuanto a prácticas que suelen tomarse muy en cuenta durante los MBA actuales están las de networking o hacer contactos, por lo que es frecuente ver eventos que las escuelas de negocios organizan para que empresarios y alumnos puedan encontrarse e intercambiar ideas y mantener el contacto incluso después de su paso por el aula.

Como parte de esta renovación del MBA destaca también la inclusión en los programas de una estancia en el extranjero, aunque sea pocos días, pero tiempo más que suficiente para ver cómo se estudia en otras escuelas y la ética empresarial de otros países. La internacionalización de las empresas es ya una realidad, por lo que conviene prepararse a conciencia para poder interactuar con grandes empresas extranjeras o saber cómo expandir nuestro negocio fuera de nuestras fronteras.

Todos estos cambios son los que podemos encontrarnos en los nuevos programas de postgrado, que aunque a priori supongan un esfuerzo económico (porque siguen siendo bastante costosos) y personal, los beneficios que a la larga nos reportan son mucho mayores que nuestra inversión inicial.

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