Una de las consecuencias de los recortes en Educación, las carreras que registren menos inscripciones serán llevadas a estudio para ser eliminadas de la oferta en universidades públicas.
El Gobierno ha recortado más de 623 millones de euros el presupuesto destinado a Educación, lo que supone un 21,9% menos que el año pasado. En concreto, la enseñanza universitaria sufrirá una reducción del 62,5%, pasando de los 399,6 millones de euros en 2011 a 149,6 millones en 2012.
Después de la declaración del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, de que hay demasiada oferta de titulaciones universitarias para la demanda existente, los rectores también reconocieron que hay un desfase entre oferta y demanda. Su informe señala que desde el punto de vista de la eficiencia y los recursos económicos es incomprensible la expansión de títulos. Mientras que el número de universitarios ha descendido por cuestiones demográficas, la cifra de títulos ofrecidos ha crecido en 725 nuevas enseñanzas, hasta los 2.396 títulos, según datos de 2011.
Según el Gobierno, en el Informe Económico y Financiero de los PGE, el sistema educativo español se encuentra en la actualidad 'con un problema de ineficiencia, a pesar del esfuerzo importante en recursos'.
El recorte en la Universidad provocará problemas de tesorería, pago de nóminas, deudas a proveedores, despido de profesores y falta de inversiones y equipamiento, lo que llevará a una reducción de facultades para lograr 'una reforma basada en la excelencia', como indica Wert, que persigue concentrar los esfuerzos del Gobierno en conseguir menos universidades, más competitivas y de más calidad.
Las carreras con pocos alumnos podrían cerrarse si no logran elevar la matrícula en los próximos tres años. Habrá excepciones con los grados que las universidades consideren estratégicos. También con los títulos llamados singulares, aquellos con un perfil único, que sólo se encuentran en un campus. Es el caso de Filología Hebrea en la Universitat de Barcelona o los estudios de Occitano en la Universitat de Lleida. Tienen pocos alumnos, dicen en Universitats, pero son las únicas titulaciones de este tipo que existen en Catalunya y se preservarán. Lo mismo ocurrirá con otras carreras, muchas de ellas vinculadas a las Humanidades.
También se podrán salvar de la poda los títulos con pocos alumnos que se fusionen. Si dos universidades ofrecen el mismo grado, podrían unirse y dar el título de forma conjunta -grado interuniversitario-. La Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat de Barcelona fusionaron el título de Estudios Franceses este curso por esta razón y se ha conseguido reunir un grupo de alumnos numeroso.
En Cataluña, los grados con menos de 40 alumnos desaparecerán el curso que viene. Y en Galicia se hará un seguimiento a las carreras menos demandadas, con menos de 25 alumnos en primer curso. La secretaría analizará junto con las universidades las preinscripciones del curso que viene y decidirán caso por caso qué hacer con los títulos.
Todavía se desconoce cuántos grados se verán afectados por este nuevo criterio el curso que viene. Primero habrá que tener los datos de la preinscripción y evaluar los casos especiales.
Uno de los objetivos de la secretaría es 'poner orden en el mapa universitario'.