Descubre cómo la junta de revisión de un departamento en Estados Unidos ha desatado el debate sobre los derechos de autor al determinar que el arte generado por inteligencia artificial no puede ser sujeto de protección. Analizamos las implicaciones legales y creativas de esta decisión, así como el impacto en la industria del arte y la preocupación de los artistas por el futuro de su profesión en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
El progreso en el mundo del arte y en el ámbito legislativo sigue ritmos diferentes. La Junta de Revisión de un departamento en Estados Unidos ha establecido que el arte creado mediante inteligencia artificial no puede ser sujeto de derechos de autor. Esto se evidenció en el caso de una controvertida imagen que ganó el primer lugar en la feria estatal de Colorado de hace un año, determinando que al no ser creada por seres humanos, carece de copyright. Además, la protección de los derechos de autor específicamente excluye las obras generadas por entidades no humanas.
El artista Jason Allen argumentó que la utilización de la inteligencia artificial en línea Midjourney para su obra 'Théâtre d'Opéra Spatial' involucró su intervención al proporcionar una serie de instrucciones a la máquina. Además, afirmó haber "ajustado la escena, seleccionado las partes a enfocar y dictado el tono de la imagen". Sin embargo, la junta determinó que "si todos los 'elementos tradicionales de autoría' de una obra fueron generados por una máquina, la obra carece de autoría humana y la Oficina de Registro de Derechos de Autor no la reconocerá".
En una entrevista con un periódico local, Allen explicó que su intención era expresarse a través del uso de inteligencia artificial. "Siento que lo logré y no me disculparé por ello".
La resolución se produce en un contexto en el que escritores, actores, músicos y fotógrafos expresan su preocupación por el impacto de la inteligencia artificial en sus empleos. Esto sucede después de que un tribunal federal de Estados Unidos emitiera un fallo similar en relación con una imagen generada por un sistema informático de inteligencia artificial desarrollado por Stephen Thaler. Según el tribunal, dicha obra no puede recibir protección de derechos de autor debido a que la participación humana es considerada esencial para la reclamación de derechos de autor.
Ahora, la jurisprudencia sobre este asunto también abarca el rechazo de una demanda de derechos de autor en nombre de un mono que tomaba selfies. Sin embargo, en el caso de Thaler, la jueza Beryl Howell reconoció que estamos ingresando en "nuevas fronteras en el ámbito de los derechos de autor", donde los artistas emplearán la inteligencia artificial como una herramienta para la creación de nuevas obras.
"Los jueces carecen de comprensión en el ámbito del arte, o poseen una noción desactualizada de una destreza muy particular que consiste en poder plasmar manualmente una visión muy específica del mundo", comentó el artista y crítico neoyorquino Walter Robinson, quien también ha estado utilizando Midjourney, aunque lo hace "por diversión".
"Claramente, el uso de cualquier tipo de herramienta, ya sea un pincel o un programa de computadora, implica creatividad y está bajo la dirección de un agente humano", agregó Robinson. "Cuando ingreso instrucciones en Midjourney y las ajusto hasta lograr lo que deseo, es cierto que no estoy dibujando, pero estoy generando una imagen utilizando una herramienta".
La inteligencia artificial no es la única innovación que genera preocupación en el ámbito del arte. Un estudio sobre un aspecto relacionado, los NFT o tokens no fungibles, realizado por el sitio web dappGambl, reveló que el 95% de los más de 73.000 examinados actualmente "carecen de cualquier uso o valor práctico", dos años después de que el mercado alcanzara un valor máximo de 22.000 millones de dólares el año pasado.