Con una tasa de colocación laboral del 70%, esta forma de educación puede ser fundamental en un mercado en el que las empresas tienen dificultades para encontrar personal, a pesar de una tasa de desempleo juvenil del 27,4%.
Durante un período de diez años en España, desde su primera regulación en 2012 hasta la reciente aprobación de la Ley de Formación Profesional 3/2022, la formación profesional dual ha sido implementada gradualmente en nuestro país. Esto se evidencia en los datos proporcionados por el Observatorio de Formación Profesional de CaixaBank Dualiza: de 20,357 estudiantes matriculados en programas duales durante el año académico 2016-2017, hemos pasado a 127,321 en el curso 2022-2023. Esta cifra supone un hito importante en la implantación de la FP dual en España, ya que se supera por primera vez la barrera de los 100.000 estudiantes matriculados, aparte la tasa de inserción laboral para los estudiantes de formación profesional dual alcanza el 61%, en comparación con el 49% de la formación profesional tradicional. Además, la formación profesional dual ofrece una serie de ventajas que debemos valorar y que aún son desconocidas en nuestro país.
Podemos resaltar principalmente tres aspectos destacados: en primer lugar, existe una corresponsabilidad entre la institución educativa y la empresa, ya que colaboran conjuntamente en la creación del contenido del programa de estudio, lo que garantiza que la formación esté siempre actualizada y en línea con las necesidades laborales reales. En segundo lugar, el estudiante recibe formación tanto en el centro educativo como en la empresa, lo que le permite aprender en un entorno real y dinámico. Y por último, la tercera ventaja es que la formación dual contribuye a fortalecer la confianza y la autoestima del estudiante, ya que forma parte de un equipo de trabajo y está inmerso en un entorno laboral real.
Aunque es innegable que la demanda de la formación profesional dual ha aumentado en los últimos años, el porcentaje de estudiantes que eligen esta modalidad aún representa apenas un 4% del total de alumnos de formación profesional en la actualidad. Este porcentaje es significativamente bajo en comparación con el caso de Alemania, donde los estudiantes en programas duales representan el 60% y sus efectos en la inserción laboral son claramente evidentes, dado que la tasa de desempleo juvenil apenas alcanza el 6%.
Los datos relacionados con la educación y el empleo en España continúan siendo preocupantes. A principios de 2022, la tasa de desempleo juvenil (para personas menores de 24 años) alcanzaba el 30.1%. Además, el último informe de la OCDE sobre educación en España no ofrece motivos para el optimismo: el 28% de los jóvenes (entre 25 y 34 años) no logran obtener un título de Bachillerato o de Formación Profesional de Grado Medio, mientras que la media europea se sitúa en un 12%. También es preocupante el creciente número de jóvenes que no estudian ni trabajan, conocidos como "ninis", que ya representan más del 20% de las personas menores de 24 años en nuestro país.
Mientras observamos con preocupación estos datos, es importante destacar que cada vez más empresas informan que no encuentran los perfiles técnicos que necesitan. Las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística respaldan esta afirmación: en el segundo trimestre de 2022, había alrededor de 140,000 puestos de trabajo sin cubrir, y muchos de ellos corresponden a perfiles técnicos de formación profesional. Esta situación subraya la brecha existente entre la demanda laboral y la formación disponible en el mercado, lo que destaca la necesidad de fortalecer la educación en áreas técnicas y promover la formación profesional para satisfacer las necesidades del mercado laboral actual.
Los datos son evidentes: se requieren profesionales con habilidades digitales, conocimientos en nuevas técnicas de construcción sostenible, experiencia en tecnologías y gestión de datos, entre otras competencias. La tasa de empleabilidad en algunos perfiles, como la instalación de paneles solares, la logística, la gestión del agua o la eficiencia energética, es prácticamente del 100%. Resulta paradójico y realmente anómalo que las empresas no encuentren trabajadores cuando el 30% de los jóvenes se encuentra desempleado. Existe un desequilibrio preocupante entre estas cifras, algo que ningún país avanzado debería aceptar. Es una anomalía estructural y uno de los principales problemas de nuestra sociedad. ¿Cómo es posible que haya personas sin empleo y, al mismo tiempo, puestos de trabajo vacantes? Estos datos nos obligan a reflexionar de manera urgente.
Tienes toda la razón. Las altas tasas de desempleo juvenil son inaceptables en cualquier sociedad avanzada. Estas cifras deben servir como un llamado de atención para reconocer que la educación debe convertirse en una prioridad nacional y en una verdadera política de Estado. Necesitamos un consenso político e institucional, una visión compartida y una estrategia conjunta para brindar a nuestros jóvenes, y a nuestra sociedad en general, oportunidades laborales de calidad. En esta tarea, la formación profesional dual se convierte en un gran aliado.
Fuente: cincodias.elpais.com