Las unidades de cuidados paliativos ofrecen una muerte sin agonía y sufrimiento.
En enero se celebrará el 25 aniversario de la primera unidad de cuidados paliativos en España. Con el paso de los años la atención en el final de la vida ha cambiado de manera significativa en nuestro país con más de 400 unidades repartidas por todo el territorio. Sin embargo, todavía falta mucho para que los ciudadanos confíen en que sus últimos días van a pasarlos sin sufrimiento o agonía; es por ello que cada vez procesos sobre peticiones de eutanasia se incrementan.
Cuando se genera un ambiente de sufrimiento al final de la vida, es una situación normal el acudir a la eutanasia pero no para morir sino para dejar de sufrir. Y, ése es el panorama que se vive con el 50% de la población española, es decir, pacientes con cáncer terminal, insuficiencia cardiaca, un proceso neurodegenerativo o una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, no reciben cuidados paliativos para aliviar sus síntomas y mejorar la calidad de vida en su fase terminal.
Al preguntar a la gente, si quiere una muerte digna, la primera respuesta es el pensamiento de hacer una eutanasia y es allí donde existe esa confusión; ya que no existe forma más digna de morir que rodeado por tu gente, en tu casa y con atenciones afectivas.
Pese a esto, para que esa dignidad llegue a cada una de las 250.000 personas que cada año precisan cuidados paliativos en España y a los 500.000 cuidadores formales que están involucrados en esa atención falta una mayor inversión que se verá recuperada con creces a medio y largo plazo.