Según las proyecciones del Gobierno, se espera que la recaudación total alcance los 359.080 millones de euros en el año 2023, y se pronostica un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,4% para el año 2024.
El Gobierno ha enviado a Bruselas el Programa de Estabilidad 2023-2026 para informar a la Comisión Europea sobre los objetivos fiscales y económicos a medio plazo, así como las medidas que se tomarán para alcanzarlos. Uno de los compromisos del Gobierno es reducir la tasa de desempleo por debajo del 10% en 2026, mediante la creación de 1,1 millones de empleos adicionales hasta esa fecha. Esto, junto con el impulso generado por la reactivación económica, que llevó al crecimiento del PIB al 5,5% en 2022, permitiría un crecimiento del 2,1% este año (un objetivo que se mantiene) y un incremento al 2,4% en 2024. En sus compromisos, el Gobierno también asegura que logrará gradualmente equilibrar sus finanzas públicas afectadas. En resumen, el Programa de Estabilidad muestra que es posible mantener la sostenibilidad de las cuentas públicas al mismo tiempo que se protege a las familias, se reduce la desigualdad y se impulsa la transición hacia una economía verde y digital, según se resume en una nota.
Durante el periodo 2023-2026, se espera que la creación de empleo siga siendo el impulsor del crecimiento económico en España, generando 1,1 millones de empleos adicionales hasta 2026, además del millón de puestos de trabajo creado después de la pandemia. Según el Gobierno, esto permitirá alcanzar niveles récord de ocupación. Asimismo, se proyecta una disminución continua de la tasa de desempleo, que se reducirá por debajo del 10% en 2026, acompañada de un aumento en la población activa y una mejora en la calidad del empleo. Según el plan establecido, se espera que el desempleo disminuya al 12,2% en 2023, siga descendiendo al 10,9% en 2024, al 10,3% en 2025 y finalmente alcance el 9,8% al final del periodo analizado. La última vez que la tasa de desempleo estuvo por debajo del 10% fue en 2007, cuando alcanzó el 8,2%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El optimismo en cuanto al mercado laboral ya se podía percibir en el plan anterior, que fue enviado a Bruselas hace aproximadamente un año. En ese documento, el Gobierno pronosticaba que el empleo mantendría su dinamismo durante todo el período de proyección, y se esperaba alcanzar una tasa de desempleo inferior al 10% en 2025. Sin embargo, en el nuevo plan presentado ahora, se retrasa un año la consecución de ese objetivo.
En el documento, el Gobierno también se compromete a reducir gradualmente el déficit público, con el objetivo de situarlo en el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) ya en 2024. Esto, presumiblemente, permitiría a España evitar la implementación de medidas correctivas por parte de Bruselas. Si se logran los objetivos establecidos por el Gobierno, España cumpliría con las normas fiscales que entrarán en vigor nuevamente a partir de 2024. Al mismo tiempo, el impulso económico, la sólida creación de empleo y el crecimiento económico aumentado permitirán avanzar en el camino hacia la consolidación fiscal iniciada en 2018, la cual se vio interrumpida por la pandemia. De esta manera, se espera que la reducción de la relación entre la deuda y el PIB se mantenga en los próximos años y que dicha relación se sitúe por debajo del 110% en 2024.
Según la propuesta de la Comisión Europea publicada esta semana, los países deberán adherirse a los límites previos, que establecen un tope del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) para el déficit y del 60% del PIB para la deuda pública. Sin embargo, aquellos países que presenten desequilibrios más significativos (como es el caso actual de España) tendrán cierto margen para alcanzar esos objetivos, reduciendo gradualmente el déficit anualmente con un recorte mínimo del 0,5% del PIB cada año. La nueva trayectoria de reducción del déficit para el conjunto de las Administraciones Públicas tiene como objetivo cerrar el año 2023 en el 3,9% del PIB, disminuir al 3% en 2024, al 2,7% en 2025 y al 2,5% en 2026, lo que indica que, en principio, España cumpliría con los límites establecidos.
El Gobierno ha finalizado el documento este viernes, que todos los países deben enviar a la Comisión antes del 30 de abril. Este documento incluye los programas de reformas que se planean implementar. Estos programas deben ser evaluados tanto por la Comisión Europea como por los demás socios con el fin de lograr una coordinación de las políticas económicas de cada país y cumplir con los objetivos establecidos.
Ingresos tributariosEl Gobierno de Pedro Sánchez cuenta con el sólido desempeño de la recaudación como uno de los elementos clave para cumplir con los números enviados a la Comisión Europea. Según el Ministerio de Economía, la reducción del déficit público se debe principalmente al robusto crecimiento económico y a la positiva evolución del empleo, que actualmente alcanza niveles récord en términos de afiliación. Sin embargo, el departamento dirigido por Nadia Calviño también reconoce que se espera un aumento en los ingresos provenientes de la lucha contra el fraude, la regularización de la economía sumergida y los impuestos en los próximos años, por encima de la tasa de inflación. Por lo tanto, parte de la senda hacia el equilibrio presupuestario se basa en la recaudación. El Plan de Estabilidad no deja lugar a dudas al respecto, indicando que la estrategia fiscal para el periodo 2023-2026 se caracteriza por un crecimiento dinámico de los ingresos públicos, especialmente los ingresos tributarios, consolidando la tendencia observada en los últimos dos años, 2021 y 2022.
Específicamente, se estima que la recaudación de todos los impuestos, incluidos los de carácter autonómico y local, alcance los 359.080 millones de euros en 2023. Esta cifra representa un crecimiento dinámico del 8,8%, aunque es una desaceleración con respecto al 11,4% alcanzado en 2022. Dentro de este grupo, los impuestos sobre la renta y el patrimonio totalizan 186.430 millones de euros, siendo la partida que experimenta el mayor crecimiento durante el año. También se espera un comportamiento dinámico en el impuesto de sociedades, impulsado no solo por la estimación del crecimiento de los beneficios empresariales, sino también por el impacto de las medidas adoptadas por el Gobierno. Además, se prevé un crecimiento en los ingresos por IVA, aunque a tasas más moderadas debido a la disminución del gasto.
Fuente: cincodias.elpais.com