En vez de enfocarse en tener las respuestas correctas, los profesores se deberían basar en el error para motivar a los alumnos.
La educación concebida de manera tradicional busca la corrección, el acierto y el aprendizaje. Perro ha demostrado tener mayores beneficios el aprendizaje desde los errores.
El profesor no debe ver al alumno como un simple receptor, eso debe terminarse. El alumno es u recipiente que se debe llenar, es una persona que tiene sus propios conceptos y razonamientos. El docente debe ser un guía, no un dictador.
El sistema educativo podría mejorar significativamente. Nos referimos a dejar de marcar los errores como algo negativo y comenzar a utilizarlos para el propio desarrollo cognitiva del estudiante.
Como profesional, el profesor debe hacer el máximo esfuerzo para comprender el punto de vista del alumno, sin resaltar sus fallos como el peor escenario posible.
El aula tiene que ser un espacio de aprendizaje y exploración debe ser un sitio confortable en el que aclarar dudas.
Si cada duda es vista como un error no puede hacerse esto, hay que tomarla como un oportunidad de comprensión de la visión del estudiante.
El desafío de los docentes es justamente ese, fomentar el intercambio y la discusión positiva entre sus alumnos para que estos logren transmitir sus dudas y aclararlas en lugar de simplemente remarcar los errores.
Los docentes que lograron comprender el punto de vista de sus estudiantes para llegar a la respuesta que creían correcta demostraron tener mejores resultados en cuanto al aprendizaje de los temas del curso al finalizar el año escolar.
La importancia de este descubrimiento permite afirmar que el profesor debe estar como orientador en lugar de corrector de errores.
Hay estudiantes que se sienten incomprendidos e muestran menos receptivos a recibir información nueva, es decir quienes reciben la comprensión e sus profesores tiene un aprendizaje de mejor calidad y durabilidad.