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Los expertos expresan que la corrupción a más de ser un mal social también afecta la tranquilidad y estado físico de las personas.

Los españoles están siendo afectados por la corrupción, y no solo por el hecho de saber en la posición en la que se encuentra su país, si no también por la frustración, fatalismo y depresión que la corrupción ocasiona, ya que los españoles desayunan cada día con nuevas noticias sobre multitud de casos de corrupción, más ahora tomando en cuenta  la situación económica en la que se encuentran.

Las tarjetas opacas de Bankia, el caso Malaya, el escándalo de las preferentes, los papeles de Bárcenas, la trama Gurtel, el caso Noos, los ERE irregulares de Andalucía, los negocios de la familia Pujol, la operación Púnica

El grupo social que reacciona, que protesta y que se agrupa contra la corrupción 'es la alternativa que debería generar una mínima esperanza y la lucha contra las prácticas corruptas', apunta el psicólogo Fernández Ríos quien, sin embargo, cree que 'en este país hay algo que hace que la gente no se rebele: la economía sumergida'.

El caso a tratar acerca de los efectos mentales y físicos que ocasiona la corrupción en el individuo fue analizado por el Psicólogo Luis Muiño, el mismo  que se pronuncia al decir ”Creo que hemos pasado de una actitud de tolerancia a otra de indignación y cabreo. Tengo la sensación de que nos estamos enfadando, y mucho. Y eso tiene que ver con ese cambio en la cultura española, ya no somos colectivistas, sino individualistas. Eso mina la corrupción porque si pensamos a nivel individual vemos que no nos aporta nada'.

El experto muestra la relación de la España en los años 90 en la cual los individuos pasaban por situaciones semejantes a las actuales, pero a diferencia de ellas las tomaban con mayor positivismo. Si hace años teníamos envidia ante el supuesto triunfador, ahora la sociedad se considera una víctima. 'Es la primera vez que nos sentimos agredidos y estamos reaccionando en contra de la corrupción. Lo veo en terapia, en la calle, en los comentarios de todo el mundo'.

A pesar de que todos tenemos tendencia a la corrupción, es importante el identificarla como un comportamiento histórico del ser humano que se produce por imitación de las conductas de otros. 'Se copia lo que otros hacen, no lo que dicen. Es como un virus que se extiende. Pero también se imita la anticorrupción, la indignación', considera Luis Muiño, a más de generar técnicas de mediación en el ámbito psicológico tanto mercantiles como civil, con el fin de cotrarrestar o frenar los males que afectan a nuestra mente o sobre lo que sucede a nuestro alrededor

Para concluir Muiño se pronuncia al enunciar queel corrupto es aquel 'que se cree invulnerable, que se puede saltar la norma porque es más listo que los demás. Y ese narcisismo ególatra, que le pierde, es el que le lleva a cometer errores por los que le pillan'.

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