Mientras menor es la tasa de economía surgida existe mayor plazas de empleo.
España asciende a 190.000 millones de euros la economía surgida , suponiendo un 18,6% del Producto Interior Bruto, según un informe de Flexibilidad en el Trabajo. Esto hace una afirmación que indica que España duplica las tasas de otros países de su entorno como son el Reino Unido y Francia, que están por debajo del 10%.
En el ámbito internacional hay más de 1.800 millones de personas que ejecutan tareas de manera ilegal, que representa el 60% del total de trabajadores. La Comisión Europea entiende como empleo sumergido cualquier tipo de actividad retribuida no declarada a las autoridades pertinentes, según la regulación de los países, en dónde gran parte de las personas implicadas en la economía sumergida no son conscientes del daño que ocasionan al sistema de seguridad social, ya que directa o indirectamente se impiden la recaudación fiscal y además fomentan la competencia desleal entre aquellos que si asumen sus impuestos.
El empleo no declarado en Europa alcanza el 18%, donde se da especificaciones sobre todo las importantes cifras que se manejan en los países de oriente como Bulgaría, donde la economía sumegida representa el 31% de su Producto Interior Bruto, Rumanía (28%) o Hungría (28%) y por el lado contrario a la balanza ubicamos a países centroeuropeos como Austría, Luxemburgo.
Países Bajos, donde oscilan estas cifras entre el 7,5 y el 9,1%. Entre las conclusiones finales que determinó el estudio es que los países con menor tasa de economía sumergida son aquellos que apuestan en mayor medida por las agencias de empleo, por las ETT. En el caso de España el índice de penetraciones del 0,5%, con una tasa de empleo sumergido del 18,6%.