Más de 6000 instituciones educativas utilizan el TOEFL para selecionar los alumnos aptos para estudiar en inglés.
El Test of English as a Foreign Language, más conocido como TOEFL, se encarga de evaluar no sólo el nivel de conocimiento del idioma, sino las habilidades necesarias para comunicarse en la lengua inglesa en el ámbito académico. Más de 800.000 personas de todo el mundo realizan cada año el Test of English as a Foreign Language (TOEFL). Sus resultados son aceptados como prueba del nivel de conocimiento del idioma inglés por más de 6.000 escuelas y universidades en 110 países, que exigen una puntuación mínima en este test para que los estudiantes internacionales puedan acceder a sus programas. No en vano, es el test de inglés más usado en todo el mundo.
Con una trayectoria de más de 40 años, este examen mide las habilidades en la lengua inglesa de aquellos estudiantes internacionales que quieren incorporarse a un programa académico donde el inglés es la lengua oficial. Por eso, los contenidos del test siempre están basados en textos o temas reales relacionados con el ámbito de la enseñanza, reflejando situaciones en las que el alumno se puede encontrar en su vida diaria como estudiante en un país extranjero; de este modo, el obtener un mínimo de puntuación en la prueba indica si un hablante no nativo puede estudiar sin problemas en contextos donde la enseñanza se imparte en inglés.
El examen se puede realizar en cerca de 4.000 centros de 190 países en alguna de sus dos modalidades: en papel (Paper-Based Test), que ha sido la forma tradicional durante muchos años, o a través de Internet (Internet Based Testing). Esta última modalidad se empezó a implantar en 2005 y en la actualidad es la manera más generalizada de realizar el examen, de hecho, en España es la única disponible desde el pasado año. La novedad del Internet Based Testing (TOEFL® iBT) es que utiliza un método completamente distinto al anterior, ya que valora en el candidato, además de su habilidad en las cuatro competencias lingüísticas (comprensión oral y de lectura, conversación y escritura), su capacidad para integrarlas a la vez, combinando en todas sus secciones ejercicios que implican la utilización de dos o más habilidades para responder a las preguntas.
El TOEFL se estructura en cuatro secciones dirigidas a medir la habilidad del estudiante en comprensión lectora, comprensión oral, conversación y escritura. Tiene una duración aproximada de cuatro horas y media, y cada una de las secciones cuenta con un tiempo máximo para realizarlas. Durante la ejecución, un contador situado en la pantalla indica al estudiante el tiempo disponible para realizar cada prueba, en caso de que termine antes de cumplir el tiempo establecido puede pasar al siguiente ejercicio, pero nunca volver a otro que haya quedado incompleto. Al llegar a la prueba, a cada alumno se le proporciona un ordenador en línea junto con unos auriculares con micrófono incluido, necesarios para que el examen se realice correctamente.
Cada una de las secciones del TOEFL se puntúa independientemente en una escala de 0 a 30 puntos y la puntuación final es el resultado de la suma de todas ellas (máximo 120 puntos). En este sentido, hay que tener en cuenta que muchas de las instituciones que utilizan el TOEFL como requisito de admisión para sus alumnos no valoran la puntuación total, sino que exigen una puntuación mínima en cada una de las secciones, según las habilidades que se requieran en mayor o menor medida para poder cursar los estudios que ofrecen; por ejemplo, la Universidad de Boston, requiere para los estudiantes de la Facultad de Comunicación una puntuación superior en escritura y lectura que para los aspirantes de otras facultades.
En general, las universidades americanas exigen una puntuación total entre 70 y 90 puntos, aunque hay que considerar que las instituciones más prestigiosas no admiten a nadie con menos de 80 puntos y en algunos casos pueden requerir hasta 100 puntos. Si nos fijamos en las estadísticas del TOEFL del año pasado, podemos concluir que los estudiantes españoles superaron con éxito la prueba, ya que la puntuación media obtenida por ellos fue de 88 puntos, destacando sobre todo en las secciones de comprensión lectora (23 puntos) y oral (23 puntos), mientras que en la sección de conversación (21 puntos) la puntuación fue sensiblemente inferior.