El fracking es una técnica muy novedosa en Europa y la legislación no deja muy claro si debía ser sometida a Evaluación de Impacto Ambiental, sin embargo, Mariano Rajoy a ordenado someter los proyectos para extraer gas mediante fracking al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental.
La técnica de fracturación hidráulica, comúnmente conocida como fracking, es un método utilizado para extraer gas y petróleo de yacimientos no convencionales, como esquistos bituminosos y esquisto de gas. Consiste en inyectar grandes cantidades de agua, productos químicos y arena a alta presión en formaciones rocosas subterráneas para liberar los hidrocarburos.
El fracking ha generado un intenso debate en todo el mundo debido a sus implicaciones ambientales, económicas y sociales. A continuación, se presenta información relevante sobre la evaluación del fracking:
Impacto ambiental: El fracking ha sido objeto de preocupación debido a su potencial impacto ambiental. La inyección de agua y productos químicos puede contaminar los acuíferos y el agua potable, lo que plantea riesgos para la salud humana y los ecosistemas acuáticos. Además, la liberación de metano, un gas de efecto invernadero potente, durante el proceso de extracción contribuye al cambio climático.
Riesgos para la salud: Se ha planteado preocupación por los posibles efectos adversos para la salud de las personas que viven cerca de las operaciones de fracking. Los productos químicos utilizados en el proceso pueden tener efectos tóxicos y carcinogénicos. La exposición a estos productos químicos, así como a las emisiones atmosféricas y al ruido generado por las operaciones, ha sido objeto de estudio y debate.
Beneficios económicos: El fracking ha sido promovido como una fuente de empleo y un impulso para la economía local. La extracción de gas y petróleo no convencional puede generar ingresos fiscales y beneficios económicos a corto plazo, así como reducir la dependencia de las importaciones de energía. Sin embargo, la duración limitada de los yacimientos no convencionales plantea interrogantes sobre la sostenibilidad económica a largo plazo.
Regulación y marco legal: La evaluación del fracking también implica considerar los marcos regulatorios y legales. Las regulaciones varían significativamente entre países y regiones, y algunos lugares han optado por prohibir o restringir el fracking debido a preocupaciones ambientales y de salud. La evaluación del fracking debe incluir la revisión de los marcos regulatorios existentes y la consideración de medidas de mitigación y monitoreo.
Alternativas y transición energética: La evaluación del fracking también debe tener en cuenta las alternativas energéticas y la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. La dependencia continua de los combustibles fósiles, incluido el gas extraído mediante fracking, dificulta la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición hacia una economía baja en carbono.
Es importante destacar que la evaluación del fracking es un tema complejo y multidimensional que involucra aspectos ambientales, sociales y económicos. Diferentes países y regiones tienen enfoques y posturas divergentes sobre el fracking, y la evaluación debe tener en cuenta los contextos locales y las características geológicas y socioeconómicas específicas.