Las alteraciones emocionales de las mujeres que han sufrido violencia de género en el último año doblan a las físicas y superan en 37 puntos porcentuales a las de quienes no han padecido maltrato nunca, pero son las huellas que menos se tienen en cuenta en los juzgados.
Uno de los problemas relacionados con la violencia es el de la ansiedad y angustia, en el cual el 26% de mujeres han padecido dichas heridas. Sin embargo, entre las que han sido víctimas de violencia machista en el último año, la cifra sube al 63%. O sea, 37 puntos de distancia. En cambio, la misma comparación para males físicos revela menores diferencias: un 41% de las mujeres libres de violencia sufrió dolores de cabeza frente a un 54% entre quienes sí son o han sido víctimas. O sea, 13 puntos.
Según el Observatorio de Violencia de Género del CGPJ, sólo se denuncia el 20% de los casos de maltrato real. Marian Aranda, abogada en un centro de recuperación integral de mujeres maltratadas, lleva seis años defendiendo víctimas y cuenta que la agresión psíquica es casi un imposible en los juzgados. «Las condenas nunca reparan el daño. Y eso que son muy escasas. Lo habitual es que no se tipifique el maltrato psíquico o que no se condene».
- ¿Yen los últimos tiempos cuántas condenas ha visto usted por violencia psíquica habitual?
- Del último centenar de casos que recuerdo, una.
Los casos de maltrato ocurren tanto en hombres como en mujeres dando como resultado irritabilidad y cambios de humor, tristeza y pensar que no valgo nada, sin embargo es importante señalar que si lo psicológico se considerase de distinta forma en un hombre y una mujer, estaríamos estableciendo una base científica para la desigualdad.