Tener hábitos de vida saludables mejora notablemente el rendimiento y la implicación en el lugar de trabajo.
Hoy en día es frecuente escuchar a gente que hace yoga, pilates, se apuntan a talleres de relajación, motivación, gestión del estrés... y es que es cierto que el frenético ritmo de vida que lleva la sociedad puede agotar al más fuerte y dejarle para el arrastre. Incluso no es de extrañar que muchas empresas hayan desarrollado prácticas de relajación entre sus empleados, con el fin de lograr que se encuentren más sanos y de ese modo rindan más en el trabajo.
Los expertos coinciden en la importancia de un equilibrio físico-mental para llevar una vida más tranquila y enfrentarse a los retos del día a día con otra actitud, mucho más positiva. El trinomio dieta adecuada, sueño suficiente y actividad física moderada es como el mantra que todo empresario quiere inculcar entre sus empleados para lograr un mayor beneficio no solo para la propia empresa, mejorando su actividad, sino también para tener empleados motivados, eficientes y que se encuentren tan cómodos que se impliquen más en la propia empresa.
Los orígenes de la importancia del bienestar del empleado hay que buscarlos, cómo no, en Estados Unidos. El país de Obama lleva la delantera en cuestión de 'mantener a los empleados contentos' para así hacerles sentir que forman parte de la gran familia que es la empresa. No es de extrañar ver a los altos ejecutivos de empresas como Accenture sacando unos minutos de su tiempo para hacer actividades en grupo donde pueden relajarse, o practicar ejercicio para sentirse mucho mejor.
Medidas quizá un poco controvertidas en países con problemas económicos, donde el énfasis se pone en otros aspectos; pero quizá convendría unificar criterios y 'mimar' un poco más al empleado para que se sienta parte de algo importante, que se valore más su actuación y que de ese modo esa valoración se traduzca en más eficiencia y productividad.