La realidad da la razón a la advertencia que hace unos meses lanzaba el Consejo Económico y Social de España: el 80 por ciento de los parados se verán obligados a conseguir una cualificación laboral o mejorar la que poseen.
Alumnos algo más mayores de lo habitual y que ahora, «obligados» por la crisis, vuelven a abrir los libros que aparcaron hace años con el propósito de lograr la reinserción en el mercado laboral. Un simple vistazo a las aulas de Formación Profesional (FP) pone de manifiesto que su aspecto es algo diferente al de hace tan sólo unos meses, antes de cerrar sus puertas por vacaciones. La crisis está en buena parte detrás del cambio de paisaje, en el que adolescentes y adultos comparten pupitres, material de prácticas y patio.
La realidad da la razón a la advertencia que hace unos meses lanzaba el Consejo Económico y Social de España: el 80 por ciento de los parados se verán obligados a conseguir una cualificación laboral o mejorar la que poseen. Así las cosas y la economía, además de escolares que continúan su formación por este itinerario una vez concluida la enseñanza obligatoria, los centros de formación abren expedientes de gente que se ha quedado sin trabajo y deciden ampliar su currículum. La crisis entra en las aulas.
Aunque los datos aún no están cerrados -la matriculación continúa abierta-, desde la Consejería de Educación sí han detectado un significativo incremento en la demanda de estos estudios y mayor presencia de alumnos de más edad. Frente a las mínimas oscilaciones experimentadas en años anteriores, en éste, el incremento en el número de alumnos matriculados en FP se situará entre los 1.000 ó 1.200. En total, un 3,6 por ciento más que en el curso 2008-2009. Prueba de ese incremento es que, además de comenzar este curso con catorce nuevos ciclos formativos ya previstos y ver clases más repletas de alumnos, también ha sido necesario «duplicar algunas ofertas» debido al aumento e incluso «avalancha» de las peticiones, comenta el director general de Formación Profesional de la Junta de Castilla y León, Marino Arranz.
Reapertura de ciclos
Un ejemplo es el ciclo formativo de Cuidados auxiliares y enfemería en Segovia, donde «la avalancha de solicitudes» ha sido tal que ha obligado a duplicar las clases. Lo mismo ocurre en otros tres que se imparten en Salamanca (Enfermería, Imagen para diagnóstico y Microinformática y redes) y otro más de Educación Infantil en León.
«Las empresas requieren cada vez gente más cualificada», explica el director general de Formación Profesional, quien encuentra en esta reclamación y en el aumento de parados dos de los motivos del aumento de alumnos en FP. Esta subida de alumnos ha conllevado también un incremento de las plantillas de docentes, con la incorporación de más de una treintena de profesores a estos centros públicos en Castilla y León.
Educación Infantil, sector sanitario, informática, electricidad y automoción son las familias más demandadas dentro de los más de noventa títulos de Grado Medio y Superior que se ofertan en los 180 centros con estas enseñanzas que hay en la Comunidad. Más de 31.000 alumnos asisten a las clases en alguno de los 890 ciclos que ya han comenzado en busca de una cualificación profesional, mejorar su currículum y lograr la inserción en el mercado laboral. En este punto, hasta que la crisis se ha cruzado en el camino, los datos son halagüeños: 9 de cada 10 alumnos que acaban FP comienzan a trabajar en empresas de Castilla y León.
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