Demostrar iniciativa es vital a la hora de emprender un nuevo negocio, por ello, las escuelas de negocios encauzan a sus estudiantes de MBA hacia el desarrollo de esta cualidad para que logren alcanzar el éxito.
El mercado actual se ha adaptado a las necesidades de los clientes y consumidores, y como alternativa al declive de las empresas consagradas, muchos son los que apuestan por la nueva creación. Esta nueva savia de emprendedores tienen sus orígenes entre las aulas de los alumnos de MBA. Las escuelas de negocio de nuestro país, y de más allá de nuestras fronteras, han dado un giro a sus programas de postgrado y MBAs hacia la dirección de las pequeñas y medianas empresas, una práctica empresarial muy extendida en la actualidad.
Además de la iniciativa como medio de demostrar el talento, los nuevos profesionales necesitan demostrar su valía mediante su capacidad de trabajo, pudiendo desarrollar más de una tarea, lo que se traduce en bienestar para el empresario, pero también para el propio trabajador, que ve recompensado su esfuerzo, mejorando así su motivación.
Entre las cualidades del directivo también destacan su asertividad, su capacidad de aceptar críticas y su capacidad de liderazgo, amén de otras cualidades como el trabajo en equipo, la interacción con otros iguales y la empatía; de tal modo que en el momento de crear su propio negocio, los alumnos de los MBA de hoy día puedan adaptarse a cualquier ámbito, ya sea dirección o gestión de la empresa, como responsable directo de recursos humanos o como especialista en la organización empresarial, manejando las herramientas disponibles para conseguir su objetivo, hacer que el negocio prospere.
Los MBA que encontramos en el mercado actual dan una perspectiva más integradora a los alumnos sacando el máximo rendimiento de los mismos, favoreciendo el desarrollo de aptitudes como la versatilidad, la innovación y el emprendimiento, tres cualidades inherentes a todo ejecutivo que se precie.