Más firmeza a la hora de dirigir y una mayor adaptación a los cambios es lo que exigen los sanitarios a sus directivos para que el sistema sanitario español no se venga abajo.
El sistema sanitario en España no está precisamente en sus mejores momentos; los recortes que el gobierno ha implementado en la seguridad social española y la falta de profesionales cualificados a nivel ejecutivo en la mayor parte de centros sanitarios, hace necesaria una restructuración a nivel académico.
Tras el acto organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), Deloitte, la Escuela de Postgrado de la Universidad Europea y la empresa farmacéutica Roche, se llegó a la conclusión de que el sistema sanitario español tiene la necesidad de ampliar conocimientos y desarrollar mayores competencias a nivel de dirección, lo que contribuirá positivamente a mejorar la estructura, funcionamiento y organización de las instituciones sanitarias, así como a mejorar la sostenibilidad de las mismas, bastante dañadas por la actuación de la administración.
Dicho evento sirvió para que agentes de desarrollo, especialistas en sanidad y farmacéuticas pusieran sobre la mesa los asuntos que les competen a todas, y que aportaran su visión sobre cómo podría mejorarse la profesión. Según los principales asistentes al acto, el directivo de hoy ha de ser capaz de adoptar decisiones con flexibilidad y rapidez, adaptarse a los cambios, manejar los escenarios, poniendo especial atención en la transparencia y el buen gobierno, apostando por la innovación para mejorar la calidad y servicio al paciente.