La situación económica actual está haciendo que las empresas salgan a concurso de acreedores, otras se declaren insolventes. Saber mediar para evitar males mayores es una de las tareas que los expertos en arbitraje tienen que tener en cuenta.
La ley 5/2012 ha introducido la mediación en España, como un procedimiento adecuado para favorecer los acuerdos entre las partes de un litigio, evitando el procedimiento.
Cuando hay una situación extrema, el mediador tiene que llevar a cabo una intervención para evitar la salida de la empresa a concurso de acreedores, definiendo su estrategia de actuación en varias fases:
1. Determinar los agentes que intervienen en el proceso de mediación: Será conveniente analizar primero el pasivo e invitar a mediación a aquellos acreedores que puedan facilitar una mayoría a la hora de aprobar un convenio
2. Recopilar información sobre la situación de la empresa: toda información es poca, habrá que recoger datos, informes, balances de situación, cualquier documento que de una visión clara de cómo está la empresa.
3. Exposición de la problemática de la empresa: Hay que reunir a los socios mayoritarios de la empresa y exponerles la situación, así como a los representantes sindicales por parte de los trabajadores, explicando cómo afecta la precaria situación de la empresa a ambas partes, favoreciendo así un clima de entendimiento.
4. Una vez llegado a un acuerdo, en caso de que lo haya, se procederá a elaborar un informe recogiendo los términos del mismo y se enviará a ambas partes para su ratificación.
Una buena estrategia de mediación es vital de cara a evitar males mayores cuando una empresa se va a pique, intentando satisfacer la demanda tanto de los acreedores como de los propios empleados. Estos procedimientos de mediación evitan también la saturación de los juzgados que ven desbordada su actividad diaria.