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Lo que subimos en las redes sociales es analizado al milímetro por los reclutadores de empleo. ¿Es justo que juzguen tu profesionalidad por tener una vida fuera de la oficina?

Seguro que esta situación te resulta más que familiar: sales el fin de semana, tomas alguna copa y alguien te etiqueta en una foto en Facebook en la que apareces tú en tu rato de ocio con amigos con una actitud más relajada que cuando estás trabajando. ¿Te suena? pues bien, al margen de que esa foto la vea parte de tu familia o entorno quienes no te hace gracia que te vean en dicha situación, ahora tienes que tener en cuenta otro acecho, el de los reclutadores de empleo o el de tus propios jefes.

Y es que de un tiempo a esta parte, es más que frecuente que en los procesos de selección de candidatos a cubrir un puesto de empleo se interesen por conocer a los posibles empleados en las redes sociales para conocer sus opiniones, gustos y también sus hábitos de ocio. ¿Es lícito esto? El debate está abierto porque sin duda desde el punto de vista del empleador, las redes sociales son un medidor para ver cómo piensa esa persona además de cómo se comporta en situaciones sociales cotidianas, qué habitos tiene y tomarlo en cuenta de cara a su inserción o continuidad en la empresa. Para el empleado, puede resultar un ataque a su privacidad, ya que no tiene nada que ver la actitud en el trabajo con la que podamos tener en nuestra vida privada. Y es ahí cuando se abre la discusión sobre si lo que publicamos en las redes sigue siendo de dominio privado o una vez que ha tocado 'muro' es de dominio público. ¿Cómo lo veis?

La profesionalidad es un rasgo que distingue a las personas en su puesto de trabajo, independientemente de lo que uno haga fuera del horario laboral. Por tanto, es labor de todos mostrar las habilidades y aptitudes que tenemos en nuestro día a día en el trabajo para que lo que se pueda ver de nosotros en las redes quede en un segundo plano.

En la era dorada del Social Media, es necesario manejar las redes sociales y modificar nuestra imagen digital para ofrecer la cara que más convenga en un momento dado, es decir, manteniendo unas redes profesionales que nos valen para determinados fines, y restringiendo o cuidando en cierta medida lo que publicamos en redes de uso más genérico para que no tengamos problemas en nuestro trabajo.

 

 

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