La prospectiva estratégica ha conseguido convertirse en la herramienta clave de la construcción del futuro deseado y posible, y en particular, sus últimos desarrollos constituyen el basamento fundamental del liderazgo y del management modernos.
La prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en él. Aunque de hecho es, paradójicamente, una ciencia sin objeto que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo de inventar el mejor futuro posible.
Al aceptar que el futuro es el dominio de la libertad, comprendemos que es al mismo tiempo el dominio de la potencialidad entendida como base del poder. No es el futuro un dominio de la fatalidad. Aquí irrumpe la necesidad humana de intervenir en la marcha de la historia, de administrar su progreso en lugar de dejarlo al oscuro juego de las fuerzas de 'la naturaleza' que las arreglaría a través de reglas o equilibrios fundamentales.
Sin embargo, la prospectiva por sí misma no es suficiente para garantizar que se logre conseguir lo que se desea. Para ello existe una mejor variable: la estrategia. Este es un término de mucho mayor uso, pero también presenta un problema: muchos creen que saben de qué se trata y confunden el término.
La estrategia debe cumplir cuatro grandes condiciones: la decisión estratégica la toma la alta dirección, involucra el largo plazo, enfrenta al entorno y compromete los recursos de la organización de una manera fundamental. En esta lógica, si pensamos en un proceso estratégico, este debe responder tres grandes interrogantes: ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos? y ¿a dónde queremos ir?
La prospectiva estratégica ha conseguido convertirse en la herramienta clave de esa construcción del futuro deseado y posible, y en particular, sus últimos desarrollos constituyen el basamento fundamental del liderazgo directivo y del management modernos, Las organizaciones no sólo deben sólo convivir y deleitarse con los éxitos del presente, sino seguir soñando y planificando un futuro prometedor.
Son muchas las razones por lo que es importante la prospectiva que nos exigen identificar y entender, de manera sistemática, las tendencias dominantes en la economía internacional: hacia dónde se dirige la investigación y el desarrollo de las nuevas tecnologías y cómo afecta todo ello nuestros negocios y la calidad de vida.
La competencia, aumenta rápidamente e impacta de manera repentina en los mercados y en las sociedades creciendo la rivalidad no sólo entre países sino también entre compañías. En los últimos 12 años, por ejemplo, muchos nuevos jugadores han entrado al grupo de las “economías de mercado”, sobre todo en Asia y Europa Central, ofreciendo nuevas oportunidades de negocios e inversión.
Este aumento de la competencia sigue dos vectores principales. Por un lado, presenciamos un enorme diferencial de costos laborales, en un contexto en el cual las empresas pueden mudar sus recursos y producción de una manera mucho más rápida y sencilla que en cualquier época pasada.
La innovación tecnológica y la demanda que ella genera en materia de aumento de los conocimientos y las habilidades presionan de manera cada vez más directa e inmediata sobre mercados, productos y políticas públicas y empresariales.