Medio Ambiente foto 1

Muchos objetos de plástico, como los desechables o embalajes, se fabrican sin pensar en su vida útil.

Javier Fernández, investigador y doctor en Nanobiotecnología por la Universidad de Barcelona, investigador en Harvard y docente de la Singapore University of Technology and Design ha enfocado su carrera de investigador a  reducir el consumo de plástico a través del quitosano.

Sus investigaciones han llegado a tres publicaciones científicas sobre el quitosano.  Las propiedades de este material biodegradable que podría jubilar al plástico y abrir nuevas vías de investigación en medicina, industria e impresión en 3D.

Su investigación se basa en estudiar minuciosamente los caparazones de insectos y crustáceos. Así, dio con las bases para crear el shrilk, una mezcla a base de quitosano —material presente en caparazones de crustáceos e insectos— y fibroína —una proteína de la seda—.
Se prevee que el plástico se sustituya por otros biodegradables imagen 1Gracias a diferentes publicaciones sobre su investigación las empresas quieren implantar este material y así reducir la dependencia que se tiene del plástico. Además empresas del sector médico están interesadas en aplicaciones que van desde la cura de hernias, suturas reabsorbentes, pegamento quirúrgico o piel artificial. Sí que es verdad que todo esto para aplicarlo no debe de tener un alto coste.

Además este material es el segundo más abundante del planeta después de la celulosa.


Una de las principales ventajas del material es que el quitosano es muy barato. Lo encontramos en las cascaras de las gambas que siempre suelen acabar en la basura y además es fácil de conseguir. Y finalmente no es dañino para el medio ambiente.

La elaboración en laboratorio llega en forma de polvo o escamas, como si fuera un cereal. Con la mezcla de agua y ácido acético se consigue la disolución. En la segunda fase en la que se evapora la disolución convirtiéndose en un cristal liquido que al tacto parece plastilina.

Otra parte del estudio en otro ámbito de investigación es utilizar el quitosano como material para imprimir grandes estructuras en 3D y hacer la producción escalable. Esta técnica requiere que las empresas modifiquen su proceso productivo  para terminar de incorporar el quitosano definitivamente.

El quitosano, es el futuro a bajo coste.

 

Fuente: El País.

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