No hay mejor sensación que hacerlo, y que funcione.
La satisfacción del cliente en el siglo XXI, ya no es lo que se pretende, para diferenciarse, se necesitan experiencias. A la hora de tomar decisiones, surgen cambios debido a las emociones que son fuentes de las experiencias.
No se trata de un tema de transmitir un mensaje, sea deseado o no, las experiencias atienden al deseo de crear momentos de un gran valor y significado para el cliente.
El diseño de experiencias sirve tanto para espacios virtuales o físicos, productos o servicios. Se basa en disciplinas como interiorismo, arquitectura, multimedia, diseño de interacción, diseño de juegos, diseño gráfico, psicología, y todo aquello que sea capaz de jugar con las sensaciones, emociones y sentidos de las personas.
Que el usuario desconecte de su entorno y que cuando quiera pueda volver a repetir la experiencia, o el cambio de comportamiento tras la misma, se encuentra la clave del éxito.
El fundador del Internacional Experiential Marketing Association, Max Lenderman, propone un método sobre este tema en su obra: La Revolución de las Marcas, y señala 5 puntos:
- Lo que debe suponer un beneficio significativo para el consumidor, son las campañas de marketing experiencial.
- Se comunica en un diálogo personal entre profesional del marketing y el consumidor.
- Implica a la gente de forma memorable.
- Dará mas poder al consumidor individual.
- Será la clave del éxito o del fracaso de las marcas del futuro.
Una experiencia bien diseñada añade valor, construye y diferencia una fuente de ventaja competitiva.